viernes, 26 de agosto de 2016

Atila Luis Karlovich es un poeta bogotano que describe la realidad de la capital de Colombia- Nocturno bogotano-

Comparto con ustedes este poema de Atila Luis Karlovich 
 
 
Monserrate de Noche
 
 
 
NOCTURNO BOGOTANO

 (del ciclo Paisajes de la sabana)
 
En los cafetines del centro
los ojos vidriosos, los ojos sin eje de los borrachos...

apenas contienen el rencor de los siglos.

sobre Monserrate
las nubes apuradas,
el azadón de la luna.
más allá sólo la anchura de la selva,
tal vez la insurrección.

el sur es una frontera sorda,
donde vegetan salitrosos
como lagartos nocturnos
las sobras, el precipicio.

por la sabana hay pueblos desparramados
como ruanas sombrías
de cuchilleros caídos en su ley.

mientras la noche
se pierde en el croar de las ranas
en los cafetines del centro
sobran mujeres colombianas
que aguardan el amanecer.

Mágica Soledad - Un poema de María Victoria Ucros.




MÁGICA SOLEDAD
 
 
Mis manos están heladas
como mi corazón
Y es ésta luna que me llama...

y yo no la quiero oír
Camino por el sendero
que lleva a mi soledad
soledad llena de flores
y cantar de pajarillos
el brillo de luciérnagas
y mi fuego de chimenea
que logran el corazón
crujiendo calentar
El manto inmenso
de mis frondosos árboles
da cálido cobijo
a las manos y el andar
Y la luna sigue allí
creciente hasta iluminar
con destellos de plata
Mi mágica soledad.

jueves, 25 de agosto de 2016

Aquel agosto de Lorca - Cristo García Tapia - Un recuerdo de un gran poeta del siglo XX.

    

 
 
Federico García Lorca
 
 
 
Aquel agosto de Lorca
Por: Cristo García Tapia
                                       
Su vivida muerte, fue la vida agonizante que anticipaba delirante, musical, libertario, en cada verso suyo; cada golpe de injusticia, de intolerancia, que en su poesía resonaba, era un cuchillo de muerte que se clavaba en su alma; el tiro de gracia aguardándole al borde de un barranco.
      
Aquel agosto tuyo sin guitarra, sin arena, sin entierro, Federico García, fue siempre en ti este agosto de la muerte del hijo, de la muerte del padre; otra vez de la muerte del hijo, del hermano, “brazada de flores secas”, pudriéndose en el fondo del barranco de un camino de puñales, de fusiles.
 
De guardias civiles borrachos que eran muerte golpeando en las puertas; guardias civiles borrachos que incesante te mataban y te amarraban a las patas del caballo de la muerte y te desbarrancaban.
Y eras tú, siempre tú, Federico, el muerto y muchos y todos los muertos de aquella ronda de muerte, el que moría en la “hermosura de la noche”.
 
Tú, gitano de la gitanía, espiga de los campos que cortan como la cabeza del poeta; alucinado de una alegría inmarcesible montando caballitos de siete colores; corceles enjaezados  de  palomas y musgos de noche que picaban y hacían huir despavorida a  la muerte que rondaba tus lunas.
Tú, Federico, que conjurabas la muerte con el misterio brujo de vivir, se te olvidó conjurar los hados de aquel agosto, esos pájaros de ceniza que anidaban sigilosos los aleros de tu casa y se fueron metiendo por la hendidura de la noche para empollar en tu pecho el huevo de aquella muerte equivocada.
 
Y no era el tiempo, pero se ensañó contigo la noche sorda del poder, la unción sacrílega del cáliz y la fe; contra ti, intrépido adorador de la vida, todos los idolatras de la sangre envenenada que condena y mata por la señal de la fe.
 
Los que celebraron tus bodas, novio de la vida, brindando por la oscura muerte con tu sangre de cordero inmaculado, con tus ojos de agua iluminada.
 
Con tu canto de ruiseñor sobre la flor de oro, sobre la rama de oro de la flor de luz.
Ahora que estás por un instante muerto y ríes como el mozo que va y viene a la fuente, al jazminero, estas por siempre vivo , Federico García.
 
Alzas los ojos, divisas el huerto, vas a Madrid a ver los toros, te vistes de marinero, cantas, te asomas al jardín, cortas la rosa y el clavel, eres poeta en Nueva York , lloras como un payaso, pintas con trazo de lápiz una degollación, un arlequín veneciano, la extraviada y triste muerte pintas.
Sufres de encorvada nostalgia, respiras tibio, salino, el mar de La Habana, te sientas al atardecer en el malecón, ves desplomarse y arder las nuevas torres de babel, ves caer la careta de la hipocresía.
Ves al rey de Harlem arrancarles con una cuchara los ojos a los cocodrilos y golpear el trasero de los monos.
 
Y vuelves para siempre, Federico, en este agosto de Lorca, para que te veamos y toquemos y hablemos contigo, repleto de vida, de poesía.
 

domingo, 21 de agosto de 2016

Malecón - Carlos Villalba Bustillo - Dos calaminades al tiempo

 


Erosión en La Popa 
 
Malecón
 
 Carlos Villalba Bustillo
 
Dos potenciales calamidades al tiempo: las consecuencias de la erosión en toda Cartagena y la inminencia de deslizamientos de tierra en el cerro de La Popa. ¿Por qué no hubo acciones administrativas que conjuraran, de modo oportuno, las dos amenazas que podrían derivar en tragedias?
 
Nadie tuvo la intuición de don Sancho Jimeno. Hubo de venir gente de fuera, los asistentes al VIII Congreso Iberoamericano de Control de Erosión y Sedimentos, a decirnos que ese fenómeno que desestabiliza la interacción entre suelo y agua es para tomarlo en serio. Está generalizada, por desgracia, la creencia de que los imprevisibles accidentes de la geografía, por obra de los abusos humanos, no llegarán jamás.
 
Desde cuándo venimos hablando de los estragos de la sedimentación en El Laguito, los caños interiores y la Ciénaga de la Virgen, sin reacción de las autoridades nacionales y de las distritales, es ya una cuenta perdida en la maraña de otras conveniencias. Nos hemos privado de la noticia que satisfaga esa necesidad de los cartageneros. Nunca hay plata para eso, y la poquita que se apropia de tanto en tanto para sanear las zonas, no se ve.
 
Mientras dichas calamidades se ciernen sobre nuestro futuro incierto, la democracia participativa local no pasa de las protestas desatendidas de un mundo de comunidades pendientes de mejores condiciones de vida: menos mugre en sus vecindarios, más seguridad en las calles, menos droga al menudeo, más cobertura educativa, en fin, gobierno visible y ciudadanía contenta. Es posible que después de la visita a Río avance la recreación.
 
El alza de la deforestación de La Popa, de las invasiones toleradas y de la afectación de su ecosistema, es otro cuento de nunca acabar. Al revolverse de nuevo el cotarro de su inestabilidad, pese a la existencia de dos estudios ya viejos, vimos la aparición automática y oportunista del Concejo con la advertencia tardía de que su deterioro asusta. Pueda ser que el debate anunciado sirva para algo más que el bla, bla, bla de la verborrea corporativa.
 
Para darle repuesta a un corresponsal a quien no le gusta mi conciencia crítica, los responsables de que Cartagena, como Colombia, no tenga remedio, no somos los que analizamos su realidad. Son los hombres y las mujeres del poder. Qué hacemos, mi estimado amigo. Son inferiores a su misión porque gobiernan con un sinfín de presiones de poderes superiores al poder político.
Innumerables edificios y torres imponentes (y muchos apartamentos caros comprados por ex funcionarios twenty per cent), pero el aire envenenado de la ciudad y su hermoso panorama, de una punta a la otra de su perímetro, se debaten en agonía, y la salud colectiva permanecerá a merced del millonario mercado de muerte auspiciado por el sistema que la rige


jueves, 18 de agosto de 2016

Cristo García Tapia- El destacado poeta e intelectual sucreño escribe sobre Fidel Castro

Cristo  García Tapia y mi padre
 
Fidel Castro     
Por: Cristo García Tapia   
                                
Más allá de ser el protagonista de uno de los más grandes acontecimientos políticos del siglo XX, la Revolución Cubana de 1959, Fidel Castro es un hombre para la historia universal; encarnación del ideal político que alumbró el romanticismo de los siglos XVIII y XIX.
Esa revolución que trascendió lo estrictamente estético y artístico, para adentrarse y remover en lo más recóndito los cimientos políticos, sociales, éticos  y morales, de una sociedad sitiada por las falacias de poderes, sistemas y modelos erigidos sobre la inmovilidad del pensamiento racionalista, la divinidad y la fe, como supremos regentes y dispensadores de todo orden y organización política y social que el hombre pretendiera darse distinta de la imperante.
El mismo torbellino  de ideas y haceres que, entre sus más promisorios encargos, trajo la gran revolución burguesa, norteamericana y francesa del siglo XVIII, y las sucesivas europeas del siglo XIX, que dieron en desarrollar y consolidar el modo de producción capitalista, sus correspondientes instituciones políticas y jurídicas, a la vez que su consecuente justificación histórica: la ideología capitalista.

Y más acá, cuanto en la historia contemporánea encarna  Fidel Castro, es el pensamiento crítico en permanente  construcción de una conciencia revolucionaria; en  conciencia política capaz de transformar las causas objetivas que atascan el desarrollo y progreso de la sociedad; en acción colectiva en disposición de alterar la ecuación de poderes dominantes en estadios y escenarios de la vida de los pueblos de nuestra América.

Y la Revolución Cubana, gesta histórica de dimensión universal, el resultado de ese vasto movimiento revolucionario popular que, conducido por Fidel Castro, derrocó el régimen dictatorial militar  impuesto por Fulgencio Batista y proclamó un nuevo modelo político, cuyo  primer acto fue la promulgación de la ley de reforma agraria que trajo consigo procesos de expropiación y redistribución de la tierra, además de la instauración y consolidación del modelo socialista vigente en Cuba.

Fidel Castro es la consumación del ideal revolucionario; de un fervor humanista en tránsito permanente por la lucha que reivindica al hombre en sus derechos inalienables; a los pueblos en la autodeterminación de su destino histórico y la grandeza de su  vocación colectiva de progreso; en la construcción permanente de sociedad en perspectiva constante de inclusión, equidad, justicia social y oportunidades.

Forjado desde su adolescencia en el ideario libertario de José Martí, es el pensamiento marxista leninista el que fundamenta su  acción política y convoca sus ímpetus y rebeldías para la praxis revolucionaria que dio en la organización, dirección y triunfo del mas connotado suceso político y social del siglo XX en la historia  de América Latina, la Revolución Cubana de 1959.
Iluminado de las ideas que transforman y construyen, este caribe, grande y universal como Simón Bolívar, lega a la historia su  humanismo revolucionario, su compromiso con el destino de grandeza, progreso y autodeterminación de los pueblos y la inquebrantable voluntad de lucha que impone el deber ser de la historia.

miércoles, 17 de agosto de 2016

La Gata Mística - Poema de Atila Luis Karlovich.

 

 Atila Luis Karlovich  es un intelectual colombiano residenciado en Buenos Aires( Argentina). Hoy quiero compartirles este poema lleno de fuerza felina.
 
 
 
La  Gata Mística
 
Al atardecer
la gata sale por los tejados:
una gata colorada,
un atardecer de arreboles opacos.
mide,
irónica,
la distancia que media
entre su sigilo
y mis pasos ansiosos
al caminar la ciudad:
una alameda de arcángeles arcabuceros.
(hay caballitos cenicientos
que fatigan la pampa asfáltica,
canicular aún en el frío de agosto,
aún a las seis de la tarde.
hay quienes gritan asombrosas verdades,
hay cucarachas ojivales
que avanzan retrecheras como cristos victoriosos
en la soleada mañana de pascuas).
maúlla la gata,
simbólica y sensual,
magdalena escanciadora
de tragos amargos
y copas rotas.
su condición de enamorada
parsimoniosamente
desenreda el desorden de las antropotecas,
sus nombres
resignifican precariamente
la clave trizada
que rige la secuencia de los azarosos
periplos callejeros.
yo y pese a mí
la espero.
sacudo mis pesadas alas contra el pavimento
y cuento cansado los trenes que llegan.
en la medianera
de repente
asoma ella esquiva:
una aparición
que ha encontrado
a su macho vencido en los zaguanes.
asustada
cae la noche,
la gata más negra, la más mezquina:
ancla sus dientes felinos en mi carne.
sus garras enfáticas
dibujan un camino indeleble
en mi pecho.
se aúnan
las savias, los miedos,
los cantos cardíacos
coinciden,
convergen torrentes confusos de sangre:
sabia, salvaje, callejera que busca morada.
gata alacrana.
gata nube.
gata orgía
y cobija en el cielo.

martes, 16 de agosto de 2016

José Vicente Guzmán - Poema- Estoy acá

 
 
 
 
 
Paisaje en el Rin
 



Estoy acá
a orillas del Rin
en una cálida tarde
en silencio
en paz con la vida
dibujando sueños
que se deslizan mansos
con mi amor
hacia todo
lo que lleve tu nombre.

sábado, 13 de agosto de 2016

Poema de Vilma Stella Muñoz. - Si me sigues.

 

 
La voz de Vilma Stella Castillo Muñoz con la fuerza que emerge de la sensibilidad

Si me sigues...
te prometo que no te huyo...
búscame acá
allá
en tus revuelos
en tus palabras y tus versos
en tu voz de ángel
en tu mirada profunda
de lluvia
de agua y de relámpagos...
mójame el alma
dáme una razón
para cabalgar en tus caballos salvajes
de águilas y de lunas
si me llegas
te hallo...
Vilma Stella Castillo Muñoz
Ave Violeta
(D.R,)

martes, 9 de agosto de 2016

Ebriedad - Poema de María Victoria Ucros.

María Victoria Ucros escribe con la sensibilidad de una mujer que ha vivido la vida a plenitud.
 
 



Ebriedad
 
 
Destapo la botella
de mis soledades
para beberme ...

copa tras copa
el dorado licor
de mis amores.
Destapo con ella
mi corazón y sentimientos
para libar sin ambagues
todas y cada una
de mis fallidas ilusiones.
Destapo mi coctel
de infructuosos deseos
para sorber con descaro
y hasta el fondo
sus gotas amargas
Y me embriago y danso
el funeral de mi pasado
cantando la feliz
serenata de reencuentros
armonías y pasiones.

domingo, 7 de agosto de 2016

El Fenómeno de Castro - Carlos Villalba Bustillo

Debido a diferentes motivos técnicos, no había podido  subir otros escritos a este blog. Hoy retomo la actividad reproduciendo este excelente artículo del abogado, periodista e historiador cartagenero Carlos Villalba Bustillo.

 
 
Carlos Villalba Bustillo
  
El Fenómeno de Castro
 
Carlos Villalba Bustillo
 
El levantamiento de “La Demajagua”, la revolución universitaria de 1923 y el remezón político de 1930, constituyeron en Cuba tres antecedentes en los cuales Fidel Castro basó su guerra contra Batista. En los tres casos los cubanos propiciaron saltos bruscos en una sociedad que necesitaba un destino. Las leyendas de Martí, Mella, Guiteras y otros revolucionarios inflamaron lo que Chomsky denominó después la gama de medios de una transformación estructural.

El primer gran mérito político de Castro fue que se propuso prolongar en su revolución el esquema de los tres experimentos anteriores, pero preservándola de las interferencias externas y los torpedos internos encaminados a detener una autodeterminación de origen popular que independizara a una isla tatuada con la aguja de la Enmienda Platt.

Con pie firme obró Castro sin suscitar de entrada la reacción norteamericana. Hasta los fusilamientos de 1959 los interpretó Eisenhower como un acto reparador de las crueldades del régimen anterior, no como la decisión de un estado mayor sospechoso de marxismo-leninismo. Así pudo avanzar en la ruta fijada para dos retos enormes: nacionalizar los ingenios y la Reforma Agraria.
 
Al destapar Fidel sus cartas, el Tío Sam se enfureció y los pueblos latinoamericanos acogieron con beneplácito ese retorno a la alborada que los barbudos realizaron, sin que las antipáticas purgas iniciales en las filas de la Revolución le mermaran impacto. La cosa iba viento en popa, y empezó a diluirse la leyenda según la cual la dictadura del proletariado no era un arquetipo para el trópico.

El bloqueo norteamericano afianzó a Castro y la incorporación de Cuba al bloque soviético limitó la agresividad de Estados Unidos, porque no sufrió los rigores de otras naciones que eligieron gobiernos de izquierda y fueron invadidas a sangre y fuego. Los gringos no se atrevieron a invadirla ni a sangrarla. La magia del caudillo se abroqueló en la unidad de su gente y en la autoridad moral que le imprimía la solidez de sus convicciones.

El fenómeno intelectual y humano de Castro –talento, desorden en los afectos, teatralidad, coherencia y audacia– explica por qué una dictadura como la suya, a pesar de los abusos cometidos con la propiedad, la libertad y las ideas de sus compatriotas, sobrevive a las adversidades. Su personalidad arcaica y apasionada dominó la escena a lo largo de cincuenta años de provocaciones al imperio. 

No tuvo Castro necesidad de bufonadas para que se le considerara, a la misma altura de Martí, el fundador de una Cuba distinta, víctima de una utopía que la sumió en la miseria, pero hecha al gusto, la obstinación y el pensamiento político de su comandante, quien celebrará el sábado próximo, lúcido y activo, los 90 años.