Una pintura de Siegfried Zademack
Hacia tila devastada herida donde la tierra se erige
en ti
la boca fecunda de naufragios donde otra memoria se levanta
a través de ti
los crepúsculos giran silenciosamente.
Lo digo:
de fuego es mi lengua
y a veces mis palabras el incendio donde mueres
como las grandes aves
Yo soy quien vendará de nuevo tus ojos
para enseñarte...
Yo, la que prolonga el rito de los ciegos,
la que se olvida,
la que se olvida y luego aguardas
para dar de comer a los cuervos
Yo, la que arde en tu corazón mientras
el mundo se precipita
y con mi aliento protejo a una sola flor
donde anida el misterio del mundo.
Anna Francisca Rodas Iglesias©
(Poemas para la muerte en vida)
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