Cotidianidades
Tu taza de café humeante
espera en la mesa,
para dar la bienvenida
a mi mañana.
Me miras con ojos de esperanza
y tu mano soñolienta
toma mi mano.
Me cuentas, bostezando,
que el día será gris
y que las horas harán
su danza rutinaria…
Sonrío…
Me pregunto si un día
el reloj detendrá su marcha
y me darás el beso
que hará olvidar el tiempo…
y el espacio…
Te alejas con el ritmo
de quien no quiere marcharse.
Me imaginas desnuda:
me miras , sin mirarme.
El tráfico nos lleva
a sitios desiguales,
donde apenas respiras
el rumor de la brisa,
que cubre la montaña.
Un poco de sopor,
y un sonido impreciso
que evoca la nostalgia.
Un verso olvidado
al borde de mi falda…
Y tu risa marina
tocando mis mejillas,
hechas de luz de luna,
para secar mis lágrimas.
Cae la tarde.
Hay hielo en la ventana...
Desabrochas mi blusa
y asoma la
ternura
de un suspiro
mojándonos los labios.