domingo, 25 de junio de 2017

Malecón . El Universal- CARLOS VILLALBA

 
 
 
 
Carlos Villalba Bustillo  -   Malecón
 
De las tres preocupaciones cartageneras que reaparecieron con buenas nuevas, la de las claves para superar la pobreza en 2033 merece que se le analice antes que el diagnóstico actualizado sobre el estado de la bahía y el suministro normal de agua potable por treinta años.
 
El documento final del Centro de Estudios Regionales del Banco de la República (CEER), presentado el pasado jueves, suscitó una explosión de sensibilidad social que augura, en nuestra clase dirigente, la intención de modificar su actitud ante la población marginada.
 
El costo del proceso que duraría quince años y medio sería de 1,9 billones de pesos y su ejecución correspondería a la Nación y al Distrito, que no siempre salen bien calificados en sus acciones de trabajo conjunto como ha ocurrido, verbigracia, con el saneamiento de los caños interiores y el alto grado de sedimentación de la bahía. Pero si nuestra pobreza es una bomba de tiempo a punto de estallar, es indispensable que su desactivación no halle tropiezos a lo largo del camino.
 
Desde hace 26 años el combate de la pobreza en Cartagena ha sido bandera de los alcaldes elegidos por el voto popular, y al compararse las cifras de entonces con las de ahora, tal como lo hizo el CEER, se rajaron los burgomaestres y el balance en rojo asusta. No sólo los sociólogos saben de qué es capaz un pueblo con hambre y excluido de las oportunidades. Que nos dure el entusiasmo –pensé– porque los indicadores sobre las zonas de riesgo, las deficiencias en los servicios básicos, las carencias en salud y el superávit de niños sin escuelas son  deprimentes.
 
Los investigadores aconsejaron buscar la financiación en la banca multilateral, y del secretario de Hacienda surgió la propuesta de un fondo propio a varios años de la Alcaldía para el que el funcionario dice hay capacidad financiera, a lo que la gerente de la Andi respondió que si se ahorrara el 25% anual que Transparencia Internacional dice que la corrupción se roba del erario, habría con qué erradicar la pobreza sin necesidad de crear ningún fondo.  
 
Maldita palabra que se nos podría atravesar como un escollo insalvable en el nobilísimo propósito de erradicar la pobreza. ¿Acaso hay duda de que en cada contrato, decreto o resolución suscritos por un funcionario, alto o bajo, hay extra ganancias, en cada firma, de hasta mil veces más del sueldo que devenga? ¿Quién nos garantiza que el billete (1,9 billones) no caerá en las uñas aceradas de los mamasantos de frac y perfume en sus cuerpos y en el alma un albañal?
 
Es ese otro ejército tan subversivo y dañino como lo fue el de Timochenko, y con la misma vocación de impunidad. No mata con terror, pero asfixia con horror, y por asfixia también se muere.
 
Al magnífico estudio del CEER le faltó el dato de los muertos por hambre y epidemias, entre adultos y niños, en nuestros cinturones de miseria.

jueves, 22 de junio de 2017

Eres . Claudia de la Espriella . El Beso


 


Augusto Rodin- El Beso 
 
Eres

 
Eres   ese deseo profundo de mi  vida,

esa sombra furtiva en  el  espejo,

que transita sin prisa  en la ventana

 y se adhiere a mi piel como la brisa

de una tarde de luz frente al Océano.

 

Eres esa voz que estremece mis entrañas

hasta los cuatro puntos cardinales,

 tus palabras son cantos que me arrullan

 y son tus bendiciones en mi cuerpo.

 

Eres la mano que acaricia

al suave aire que baila por mi pelo,

 y le da lumbre al fuego matutino

 para  hacerme vestal de tus recuerdos.

 

Eres la mirada límpida

que  sonríe conmigo y escudriña

los rincones ocultos en  mi pecho.

 

Eres el vigía amoroso de mis días,

el amigo que escucha mis silencios.

Eres el  niño inquieto y amante compañero,

que pone alas a mis sueños

y  sin aviso, sin motivo alguno

sigilosamente  llegas…  

para robarme un beso…

domingo, 18 de junio de 2017

PADRE - Homenaje a mi padre - 2017 - Claudia de la Espriella



 
 
 
Padre
 

Mi padre era, ante todo, un hombre justo. Tan justo que entendía que no se podía deslindar el amor de la vida. Amaba la vida como a nadie lo vi hacerlo. Reía , bailaba cómo podía,  ( o sea pésimo), y sobre todo tenia un alma generosa, inmensamente generosa. Su familia, la que formó con mi madre, era lo primordial para él, al igual que esa casa solariega en Manga donde vivió en su juventud y luego en San Diego, en Cartagena. Mi padre, desde niño, quería ser político. Decía mi abuelo, que sacaba un taburete, cuando calculaba que Juan Antonio, su padre, regresaba del trabajo y pronunciaba un largo discurso sobre las injusticias que veía. Decía, por ejemplo, que a Víctor , uno de sus hermanos, le habían dado menor porción   de torta de plátano que  los otros o que a Asunción , una boyacense que había llegado detrás de su hombre en la guerra de los Mil  Días, la cocinera no le había guardado carne y eso era una injusticia que había que reparar y que eso jamás sucedería cuando él fuera presidente. Aplaudían los oyentes y él seguía en su discurso muy horondo  y muy circunspecto .

Al salir del colegio, estudió Derecho , pues la justicia social era lo primero,  tanto así que, su tesis de grado en el Externado de Colombia, fue sobre el derecho de huelga. Se graduó con honores y al poco tiempo se casó con mi madre, una mujer luchadora , aguerrida, que se había atrevido a desafiar su época y había estudiado en la Universidad Nacional odontología. Se fueron a Europa de inmediato e hicieron algo insólito en ese momento, ella se quedó en Inglaterra especializándose en Odontología Infantil y él  París en Ciencias Políticas. ¡Unos recién casados viviendo separados! Ni en el viejo continente eso se usaba. Pero ellos respetaban los espacios y los  sueños del otro  y bajo ese principio se rigió toda su vida matrimonial.

Volvieron a Colombia cuando cayó Rojas Pinilla y mi padre, de estirpe liberal y rebelde, fundó con otros ilustres soñadores, el MRL, Movimiento Revolucionario Liberal. Eran todos ellos provenientes de familias destacadas en sus regiones pero igualmente con una conciencia social de responsabilidad frente a sus comunidades fuera de serie. Estuvieron con él : Álvaro Uribe Rueda , el bueno, (decía él  en los últimos años, para distinguirlo del siniestro personaje que fue presidente), Felipe  y Santiago Salazar Santos, Iván Botero,  Jaime Ucros  García, Francisco Zuleta Holguín  y  otros cuyos nombres se me escapan, igual de comprometidos con el cambio . Fueron años difíciles para sus mujeres y sus hijos que quedábamos solos en Bogotá a la espera de sus cartas y telegramas . Sin embargo, esos días nos hicieron fuertes. Mujeres berracas, todas ellas: Niños pequeños y ellas soportado por meses  las importunas visitas de sus congéneres metiendo cizaña sobre las múltiples aventuras  de  sus maridos, jóvenes, bien plantados, profesionales y de buena familia…debió ser un  infierno para ellas.

Mi padre amaba el periodismo. Fue su pasión desde siempre. “ El Espectador " su casa. Se levantaba , tronara o relampagueara , a las cinco de la mañana  a escribir su columna. Una amiga mía, me dice, entre risas y nerviosismo, que cuando ella fue a entrevistarlo,  le contó lo siguiente: “Esther no me respeta, me ve  escribiendo y viene y me dice: “ Rami, tú que no estás haciendo nada, hazme el favor de abrirme esta lata de atún para el almuerzo”. Él lo hacía paciente, y ella quedaba feliz y decía: “ Me quedó estupendo  el soufflé de atún y él repicaba “ Si, pendeja, pero perdí el hilo de lo que iba a decir  en contra de Carlos Lleras”. Los Cano jamás lo notaron. Sus artículos salían perfectos. Esas eran las discusiones maritales en mi casa y yo, pobre ingenua, estaba convencida de que, como se dice hoy en día, la mía era una familia disfuncional…

Cartagena era lo que más lo animaba. Jamás se  sintió más identificado con  un lugar que con su “Corralito de piedra” . Llegaba hecho un ruiseñor y sentenciaba: “ Mañana me voy a Cartagena a descachaquisarme”. Volvía eufórico. Nuevo,  lleno de bríos. Nada como ese Caribe que me enseñó a amar y que defendió hasta la muerte.

Padre mío, hoy te extraño y estoy acá, en tu ciudad, en la ciudad de nuestros ancestros para decirte que me legaste lo mejor que un ser humano puede darle a otro: el amor por la vida y por los gatos, que es lo mismo que ser libertario e independiente Te recuerdo siempre. 
Tu meruña de queso, Claudia la bella.

 

 

viernes, 16 de junio de 2017

Primero la Educación - Claudia de la Espriella


 

Primero   la   Educación

 

Por Claudia de la Espriella

Los colombianos tenemos grandes expectativas alrededor del nuevo país que surgirá cuando se esté implementando lo pactado en los Acuerdos de Paz. Sin lugar a dudas, no se trata de una tarea fácil y mucho menos a corto plazo. Los años invertidos en las negociaciones fueron largos por lo que se requirió de paciencia de ambas partes y nos  mantuvimos  tejiendo toda clase de especulaciones. Las conversaciones de  La Habana parecía que no iban  a terminar nunca;  pero, finalmente,  llegó el momento de comenzar a cumplir  lo firmado . Tal es el caso que se está viviendo con la Educación Pública. Evidentemente el mejorar ésta en una cuestión primordial si se quiere que todo el proceso de refundación de esta nación tenga éxito. Lo primero que hay que reconocer es que el nivel del país con relación al resto de  Latinoamérica, es pésimo. Algo que no nos agrada pero, que siendo objetivos, es una verdad probada. Igualmente, es necesario decir que aunque en este país, como en el resto del mundo, la educación es un derecho fundamental  y  que acá  está consagrado en la Constitución de 1991,  a la hora de la verdad , no es sino letra muerta. El camino por recorrer es virgen y está por hacerse algo verdaderamente innovador que cambie la historia.

El reciente paro de maestros reafirma lo que  es un secreto a voces: la inmensa mayoría de los gobiernos,  independientemente de sus matices ideológicos, han visto con desdén la problemática educativa y no han sabido afrontar el desafío con el rigor que dicho asunto requiere. Buscar una mejor educación para las generaciones futuras es construir una democracia alejada de las guerras. El seguir pensando que  ésta es un  privilegio del que sólo debe gozar una porción de colombianos, además de anacrónico, contribuye a la injusticia, a la inequidad, al atraso y a perpetuar  una especie de barbarie donde se permite que la ignorancia domine. Esta actitud negligente  engendra el ambiente propicio para que  no  se solucionen conflictos conforme a la razón, sino  de acuerdo con las leyes incomprensibles y desmesuradas de la violencia.  La falta de oportunidades le niega a  la gran mayoría de nacionales  la posibilidad de llevar una vida digna , además de que aumenta la brecha entre ricos y pobres y, por lo tanto,  impide  el progreso del país de manera armónica. Así pues es indispensable  dejar los viejos prejuicios que nos han mantenido alejados del conocimiento científico y asumir el reto de  volvernos verdaderamente innovadores a la hora de buscar soluciones a largo plazo. Creer, por ejemplo, que el problema educativo se podría resolver en algunos meses, como lo planteo la anterior ministra, no se sabe decir si es una actitud ingenua o de ignorancia total. Desde el mandato del Doctor Alfonso López Pumarejo,  Colombia no ha contado con una reforma en este sector que sea verdaderamente significativa y crucial: La creación de la Universidad Nacional, la presencia de las mujeres en las aulas de estudios superiores, el estímulo a la investigación y la educación laica, fueron, entre otros aspectos, el inicio de una democratización que, infortunadamente, no  se siguió dando en los gobiernos posteriores. Estamos hablando del año 1935, lo que quiere decir, palabras más palabras menos, que nuestra nación está atrasada, con respecto al mundo actual, casi un siglo. Así pues que pretender  que dicha penosa realidad  se repare en poco tiempo no  puede ser sino un autoengaño o un desconocimiento total de la situación crítica de la Educación. Se requiere un consenso, un esfuerzo continuo y ordenado, de la mano de verdaderos expertos, un acto extremo de sacrifico y la voluntad gubernamental para apuntalar el proceso con amplios recursos para que las generaciones futuras puedan  contar con una formación académica aceptable, según los estándares internacionales y los requerimientos de esta época. Así pues que pensar que puede continuarse con la privatización de la universidades públicas, con la falta de hospitales universitarios de excelente calidad para las facultades de medicina , como ha venido sucediendo en los últimos años, con esas plantas físicas de las escuelas, tanto urbanas como rurales deficientes, con  el hacinamiento de los estudiantes en las aulas y las largas jornadas de camino que tienen que recorrer muchos alumnos y profesores  en no entender que esta situación no puede continuar porque se trata de limitantes que impiden el progreso. Acabar con dichas falencias es , valga la redundancia, un proyecto que debe ser tomado como prioritario para poder pensar en un avance hacia un horizonte diferente al hasta ahora vivido.

Los maestros, tal como debe ser,  han tomado la vocería de toda la sociedad y están  usando su derecho legítimo, consagrado en la Carta Magna, de irse de paro no únicamente por una justa remuneración sino también para  conseguir mejorar el nivel del estudiantado. Por  una parte,  abogan para que se dote adecuadamente a las  aulas de clase proporcionando aquellos instrumentos didácticos requeridos, ofrecerles a los alumnos una alimentación nutritiva, querer que el cubrimiento educativo llegue, de manera gratuita,  a los más apartados rincones de la patria y además que se les  brinden oportunidades de capacitación a los profesores es propugnar por conseguir un  mejor nivel en pro del futuro de los hombres y mujeres del mañana.

Es destacable que durante casi el mes que cumple esta huelga los maestros hayan demostrado con sus marchas, todas sin violencia y con mucha creatividad; que conocen muy bien su trabajo y que sus peticiones son justas y razonables. Por eso sorprende la actitud del presidente Santos y sus ministros de limitarse a hablar con evasivas  y considerar  que los tiempos no son propicios para  cumplir sus requerimientos. Es una prioridad ineludible que los ciudadanos del futuro tengan una mentalidad diferente a  quienes  que los antecedimos.  Los jóvenes tienen  que estar convencidos de que la guerra no es la  manera de solucionar las discusiones que surgen de confrontar diversos puntos de vista. Es urgente que sepan que a la escuela no se va únicamente a recibir información sino también un valor primordial : formación ética. Se debe tener claro que el compromiso es  hacer de la educación  la base donde se afirme  un futuro sólido para tomar conciencia , por ejemplo, de que la impunidad y la corrupción  deben  ser combatidaS desde la infancia, castigando a quién no actúa con rectitud y estimulando positivamente a quienes  se lo merecen. Sólo mediante este tipo de acciones, que enseñen  la importancia de las responsabilidades y la necesidad de una autoridad para la sociedad ,se puede pensar en una nación pacífica . Por eso esta tarea no se puede seguir posponiendo. Es hora de dejar de lado el pasado y comenzar un diálogo con los docentes , para que  entre todos, gobierno y sociedad civil se pongan  los cimientos de una nueva sociedad más justa y equitativa.

Cartagena, 14 de junio de 2017.


domingo, 11 de junio de 2017

Lugares Sagrados - Un poema de Claudia de la Espriella


 
 
Lugares   Sagrados

Estás en  los lugares más sagrados de mi alma,

cerca de donde guardo las palabras no dichas,

los abrazos del alba, las canciones de amor,

las miradas furtivas y tus ojos de encanto.

 

Te encuentras oculto entre mi libros,

entre los cuentos de  las tierras lejanas,

entre los versos aún no escritos,

que pugnan por salir de mi garganta.

 

Estás donde vuelan los sueños

y mis alas son gaviotas,

para  alcanzar luceros encantados

que nos regalan vida e  iluminan tus manos.

 

Te veo en el fuego ardiente de la tarde

y en el  lecho  profundo  de mi alma.

 

Estás en el altar de mis recuerdos

los futuros, presentes y pasados,

y en  sutil sonido de  las hojas

que arrullan mi ventana.

 

Te siento en el altar donde ofrendo

las horas  estivales a tu lado,

los días soñolientos del invierno

y  el paso sosegado de los años.

 

Estás en los halos de luz que me bautizan,

en el sonido leve  de un abrazo,

en la mano viajera que te guía

a nuevos rumbos venciendo tempestades.

 

Te veo con tu risa y tus quejas cotidianas,

rodeando suavemente mi cintura

y bailando al amor en la mañana.

 

Estas en  los lugares más sagrados de mi alma:

donde nace la dicha y habita la esperanza.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 9 de junio de 2017

Lazos - Claudia de la Espriella


Comparto con ustedes este poema mío de hace unos años que hoy encontré.
 
 
Lazos


Siento: 

tu sonrisa de niño

viniendo a saludarme

en mi mañana.

Miro:

tus ojos soñolientos

recorrer febrilmente

todas mis oquedades.

Oigo:

tu voz viajera

llamar a  las sirenas

que emergen de mis playas.

Toco:

tu cuerpo viril

que se vuelve sendero

en mis pies libertarios.

Danzo:

con alas de armonía

cuando me abrazas

y acaricias mis horas

con romanzas de antaño.

Canto:

cuando llegan tus besos

para vestir mi alma.

Bendigo:

el sagrado recinto

de las intimidades

donde somos un todo

eterno y vibrante.

Huelo:

tu piel adherida  a mis sueños

de un futuro a tu lado.

Acudo:

al leve ronroneo de tu boca

pronunciando mi nombre,

y llenando de versos

los lejanos sonidos de la tarde.

Escribo:

tu amor apasionado

con candentes cinceles

buscando laberintos

de silentes saudades.

Leo:

los versos de tus labios

recorriendo mis labios.

Observo:

tus pupilas inquietas

narrando los misterios

que esconde tu mirada.

Recuerdo:

el recóndito  instante

cuando  cubres  mis pechos

con tus manos.

Saludo:

las horas que vivimos

sembrando de rocío

las rosas milenarias.

Recorro:

los pasos de tus huellas

y siembro mi camino

con perfume de sándalo.

Confieso:

mis pecados contigo,

los celos infundados

y la pasión ardiente

que recorre la sangre.

Disfruto:

tus silencios

cuando te haces sabio,

escudriñas las letras

que forman los  vocablos

y con una sonrisa

me dices que me amas.

Vivo:

y te entrego mis días

como ofrenda sagrada.