Lugares Sagrados
Estás
en los lugares más sagrados de mi alma,
cerca
de donde guardo las palabras no dichas,
los
abrazos del alba, las canciones de amor,
las
miradas furtivas y tus ojos de encanto.
Te
encuentras oculto entre mi libros,
entre
los cuentos de las tierras lejanas,
entre
los versos aún no escritos,
que
pugnan por salir de mi garganta.
Estás
donde vuelan los sueños
y
mis alas son gaviotas,
para alcanzar luceros encantados
que
nos regalan vida e iluminan tus manos.
Te veo
en el fuego ardiente de la tarde
y en
el lecho profundo de mi alma.
Estás
en el altar de mis recuerdos
los
futuros, presentes y pasados,
y en
sutil sonido de las hojas
que
arrullan mi ventana.
Te siento
en el altar donde ofrendo
las
horas estivales a tu lado,
los
días soñolientos del invierno
y el paso sosegado de los años.
Estás
en los halos de luz que me bautizan,
en
el sonido leve de un abrazo,
en la
mano viajera que te guía
a
nuevos rumbos venciendo tempestades.
Te
veo con tu risa y tus quejas cotidianas,
rodeando
suavemente mi cintura
y
bailando al amor en la mañana.
Estas
en los lugares más sagrados de mi alma:
donde
nace la dicha y habita la esperanza.
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