Objetos Sagrados
que refleja la luna en la ventana,
llevar en las manos el recuerdo
de nuestro primer amor callado.
que tibiamente danza en la alborada ,
el ritmo tibio de sutiles
rayos
que cubre el lecho de gozosos
amantes.
las siluetas dormidas de los
árboles,
las hojas luminosas del estío,
que, con su aroma, nos impregnan
los labios.
que traspasa la saeta del padre libertario,
los ligeros sonidos de la brisa,
que esconden mariposas en el aire
y los cielos de los dioses
distraídos
que cantan en bosques azulados.
que escribe cartas en las
Navidades,
el elixir de consejos de un anciano
nutrido con victorias y fracasos,
el vestido de novia de una joven
bordado con los sueños de su
infancia.
una caja de tesoros sagrados:
un ruiseñor que canta al
horizonte,
la bendición de un padre
agonizante,
el llanto de un bebé en la mañana
y el canto de una madre ilusionada.
con pequeñas sorpresas cotidianas,
sonreírle a al trino delicado de
la alondra
y saludar la vida cuando llega el
alba.
Lo sagrado, encontrado en lo aparentemente más trivial de las cosas de la vida. Me gusta mucho. Saludes.
ResponderEliminarEs así. Lo cotidiano, por lo que parece ser trivial, muchas veces parece que nos olvidamos que tiene mucho de sagrado. Tus comentarios son siempre muy analíticos , Marcel. Mil gracias.
Eliminarcomo era antes, amores escondidos," El sagrado silencio de la noche"
ResponderEliminarcomo era antes los amores escondidos.."Es sagrado el silencio de la noche.."
ResponderEliminarMuy gracias por tu comentario Rosario.
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