jueves, 21 de septiembre de 2017

Poema Erótica - Claudia de la Espriella.


 

Erótica

 

Llega la tarde :

Hay arreboles danzarines en el aire

y bandadas de alcatraces revoloteando

para volverse nubes de espumosos plumajes.

 

En la alcoba:

tu mano coloniza los pliegues de mi falda

y abre las compuertas de ese lugar recóndito

donde vibra mi cuerpo como un arpa.

 

Me acerco:

y desnudo tu pecho

para hacerme canción acompasada

mientras miro absorta tu corazón ardiente

siendo cadencia que baila en mis montañas.

 

Mi cintura te aguarda:

como el sutil encaje

de la noche de nupcias para ser desposada.
 

En mi vientre:

aletear de libélulas , como estrellas fugaces,

se levantan al vuelo, junto a Venus,

para hacer las delicias de los buenos amantes

y las dos desnudeces reposan en nuestro lecho

como si la mano de un ángel las tocara.

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 18 de septiembre de 2017

FRANCISCO, EL HOMBRE - Visita del papa Francisco a Colombia


 
 
 

Francisco, El Hombre

Por  Claudia de la Espriella

Cuenta la leyenda vallenata que , en tiempos primigenios, hubo un cantor que iba, de pueblo en pueblo,  llevando las noticias de toda la región y de lugares lejanos. La gente se sorprendía con sus versos. Por donde pasaba lo admiraban. Un día el diablo, siempre envidioso, encarnó en ser humano y decidió desafiarlo.  Con toda la mala fe , la astucia y lo perverso que siempre ha sido y acompañado de la soberbia que lo caracteriza; estaba seguro de ganarle al juglar y llevarlo al infierno. Sin embargo, el rapsoda se olió  la treta e invocando a la Trinidad y a la Virgen lo mandó a lo más profundo del Averno donde ni Dante pudo imaginar las torturas que le esperaban. Desde entonces los lugareños lo bautizaron como Francisco, El Hombre.

Han pasado muchos siglos  y han sido numerosos los dolores que  han sacudido a Colombia por culpa de la intolerancia y la violencia. Sin embargo, ha llegado un nuevo mensajero, también llamado Francisco  El Hombre, que viene con sus sandalias caminando desde el sur de América y  quien busca dejarnos las palabras renovadas de la Trinidad y de María.

Ha llegado para  advertirnos que la confrontación armada fratricida debe  acabar y  que seremos libres  cuando expresemos nuestra alegría sin el miedo de que las balas nos la arrebaten. Dice, además que:  “La guerra sigue lo que hay de  más  bajo en nuestro corazón.” Estas palabras han sido pronunciadas para que las meditemos mucho y para detenernos a pensar que es urgente desterrar los odios. A menudo muchos compatriotas manifiestan su deseo de convertirse en seres humanos esencialmente buenos y alcanzar el reino prometido. Pero es bien sabido que sin “el amarse los unos a los otros, como yo los he amado” dicha intención jamás será una realidad. Así que es indispensable cambiar la mentalidad para alcanzarlo.

A un país dividido por las desigualdades sociales le es casi imposible crecer en armonía y llegar a desarrollar plenamente  sus capacidades. Por eso, es  más que necesario entender que sólo deponiendo las armas, tanto las de fuego como las que acompañan la intolerancia; se hará realidad el surgimiento de una nueva nación capaz de vivir en  la paz de Cristo y con el debido respeto que nos debemos unos a otros.

El amable peregrino se dirige a jóvenes, casi niños y les lanza un desafío temerario: “Que las dificultades no los opriman. Que la violencia no los derrumbe.” El trabajo que les espera a las nuevas generaciones de colombianos no es tarea para hacer a la carrera . Es un compromiso para cumplir a lo largo de sus existencias como creyentes y como buenos ciudadanos. La vida está plagada de obstáculos.  No siempre el despertar es plácido. El hambre, la ignorancia, la falta de oportunidades para muchos, duelen y sangran. Ellos, los que apenas ahora abandonan la adolescencia, tienen el deber de recorrer un camino que los lleve a descubrir esa “Colombia profunda” de la que habla el obispo de Roma.  Únicamente con alegría y esperanza esa paz tan deseada podrá forjarse.

En Villavicencio, ciudad que se identifica con el inicio de un largo sendero verde, como la esperanza que tenemos en un mejor mañana, el encuentro estuvo marcado por el sonido angelical de las arpas. Sin embargo, el punto más destacado de la jornada se dio cuando se fundió lo sublime y lo humano: el testimonio de las víctimas de estos largos años de diversas intolerancias. Nada hará posible olvidar las palabras sentidas de doña Pastora , perdonando lo imperdonable. Una lección de amor que estará por siempre en la mente de muchos de los que la escucharon. Y a Francisco se le vio asombrado de que tanto dolor pudiera superarlo esta mujer humilde  y salir a seguir luchando cada mañana. La innegable valentía de las colombianas se cristalizo en esta víctima sabia y santa.

Siguiendo con sus mensajes llegó  a lo escarpado de loa Andes y allí se se pronunció en torno a las obligaciones de los conductores de almas.  Manifestó que no es correcto lucrarse avariciosamente cuando se está comprometido con la fe en Jesús. Recordó que el excesivo apego al dinero es el camino más seguro para no estar jamás frente a la presencia divina. Reprochó esa vida de lujos que muchos anhelaban y recalcó, profundamente convencido de lo que hablaba, que la felicidad profunda se encuentra en el corazón verdaderamente puesto al servicio de toda la comunidad.

Existe una ciudad heroica y amurallada, donde muchos se han sentido, han sido y siguen  siendo esclavos. No sólo por haber sido vendidos y comprados, como si se tratara de objetos y no de seres humanos, sino porque la miseria, el abandono gubernamental  y de la sociedad, la falta de un servicio de salud, educación y de oportunidades, la explotación en sus trabajos, la corrupción política, hacen que miles de ellos estén literalmente cercados y que, como es bien sabido,  a diario los  continúen lacerando los piratas foráneos que llegan con todas las  intenciones de realizar grandes negociados. Son las víctimas de una violencia pasiva que ejerce el Estado colombiano donde, día a día, se les aísla y se les estigmatiza al considerar que no es necesario oírlos que mucho menos deben ser atendidos.

Aún así , esas personas tan abandonadas por  los poderosos de la ciudad, demuestran mucha más solidaridad hacia el prójimo que aquellos que tienen la posibilidad, desde sus posiciones de liderazgo, de asumir responsabilidades sociales, bien sea como políticos, como financistas o empresarios. Por eso,  los conminó a dejar de lado sus vanidades y a asumir, sin dilaciones, el deber de  luchar por un país más incluyente. Su mensaje apunta a olvidarse esas formas capitalistas de entender la economía para pasar a una visión humanista , donde lo que prime sea el bien común y no los intereses particulares.

Después de  jornadas extenuantes, llegó el momento de llevar sus cantos de amor y entrega a otros pueblos tan necesitados como Colombia. Francisco se veía cansado. Pero su sonrisa diáfana no dejó de aparecer en ningún momento.

Sabía que su misión había calado muy hondo. Muchos estamos convencidos de que tenemos el deber de recorrer el sendero de  la Esperanza. Esta sensación se percibe a través del latir calmo de los corazones que buscan reconciliarse, consigo mismos y con los demás. Fue  debido a  esa fuerza interna , recién germinada , que los jóvenes del Caribe consiguieron cantar y bailar con un entusiasmo desbordante. Francisco, El Hombre baila con su mirada  y sonríe, con esa sonrisa amplia propia de las mentes limpias, carismáticas, amorosas,  humildes y sabias. Una vez más el diablo sale con el rabo entre las piernas,  mientras en el horizonte se lee claramente un mensaje: “Demos el primer paso”. Parece que esta vez lo estamos logrando. Simplemente sigamos caminando…

 

viernes, 15 de septiembre de 2017

Poema - Así Te Amo - Claudia de la Espriella

 

Así  te  Amo

 

Así te amo:

al sentir tu calidez entre mis manos,

caminar en silencio a tu lado,

y seguir presurosos el vuelo de los pájaros.

 

En los surcos del aire que abrazan las palabras,

y juegan como niños queriendo enamorarse,

y saltan los senderos de los bosques de lápices

y escriben nuestros versos en las grutas del aire.

 

Te amo en la alegría que veo en tu mirada,

y por aquellas hojas  que reposan en mi falda,

y la brisa de tu aliento que es piel satinada ,

 y un  sueño de verano  que puebla mis entrañas.

 

Te siento en el  trinar de un ave saludando el alba,

en el suave sabor del café  al despertarme,

en esa agua tibia que me moja la cara,

en el pincel que dibuja mis labios maquillados,

y en el lento caminar de la mañana…
 

Te encuentro en los rincones tristes de la casa,

en aquellos luceros que brillan en la cama,

en la cocina que nos huele a nostalgia,

y el beso en mi mejilla que has dejado…

 
Me miro en el espejo y veo tu rostro,

tus dulces ojos revelando historias insondables,

y el deseo infinito de arrullarte

como un cervatillo en mi regazo.

 
Las notas encantadas de un clavecín dorado

se diluyen entre suspiros y cantatas,

y un brillo titilante de campanas,

me hacen amarte en la risa y en el llanto.

 
Te amo en la alborada hecha de lluvia,

y en las  pequeñas  gotas de la espera

del día que comienza saludando,

en el ruido festivo de  unos niños

navegando en barcos de papel alados.

 

Te amo en el sabor del chocolate

y en la copa de vino  que en la lumbre

florece con un aroma de manzana,

para brindar a la salud de aquellos dioses

que nos regalan la vid de la Esperanza.

 

Te amo en  el viejo almohadón en nuestra cama,

en la mesa servida sin premuras,

en el misterio de este amor cuidando

los minutos, las horas, los segundos,

hechos del algodón de la ternura

y  el deseo de vernos perpetuados.

 

Te amo en el dolor y en la agonía ,

en los momentos  que parecen lánguidos,

cuando el reloj no marca un encuentro

ni la buenaventura ha llegado.

 

Te amo como se ama en el olvido,

de quien nunca recuerda los dolores

y  guarda siempre en un cofre perfumado,

el suave devenir de una caricia

retozando en mi pecho enamorado.

 

Te amo en el brillo de un te quiero

y en el silencio  del enfado.

Y no sé, amor mío, si existe algún  motivo

que pueda explicarnos cómo , cuándo y por qué

este amor permanece a  nuestro lado

y si existe un cristal para aceptarlo:

Es el libre transitar de un sentimiento

y eso basta: Te amo porque quiero y no quiero,

sin que sea  preciso definir por qué te amo.

 

 

martes, 12 de septiembre de 2017

Poema "Grises" - Claudia de la Espriella


 


Grises

 

A veces, los días del amor

 los vemos grises, cansados,

hechos de lluvia leve que no cesa

y de aire frío tocando la ventana.

 

Son las horas de las nubes,

de las hondonadas,

del sol que no nos mira,

ni nos alumbra la luna argentada.

 

Se nos han puesto plomizas las palabras…

las huellas del dolor han recorrido

los lugares más oscuros de la casa.

 

Como lobos hambrientos enjaulados

hemos visto  llegar el humo hecho  de escarcha,

 mientras lloran los sauces y  los recuerdos

del día florecido del verano,

con los brazos sembrando mariposas

y el resplandor del sol en el semblante.

 

Amado:

Me siento lacerada por el  viejo dolor

que escondes en tu alma,

por  mirar en tu pecho aquella lágrima

que olvidaron las dudas calladas por los años.

 

Un beso, una caricia y un te quiero

llegan con el sigiloso caminar de un gato

queriendo ronronear al lado nuestro,

con fúlgido topacio en la pupila,

y un mágico violín en la garganta.

 

Te miro y me miras y los besos

nos cubren con sus amplias alas

y  un canto de alegría  nos conduce

a la penumbra donde hacer del Amor

 se torna en nido y se  funde

con la  piel entre las sábanas.

 

domingo, 3 de septiembre de 2017

Tus Ojos.- Poema de Claudia de la Espriella.


 


Tus Ojos
 
Me detengo en tus ojos:

me hablan el  lenguaje

de un titilar de luces

que definen tu alma.

 

Tus sonrisas de niño

saltan en tu mirada,

mientras tú permaneces

absorto en la ventana,

y alrededor escuchas

aves enamoradas.

 

En sus retinas veo

un universo mágico,

donde todo es ternura

y todo es esperanza.

 

Aunque se tornen fieros

si yo puedo alcanzarlos,

descansarán  tranquilos

estrechando  mis manos.

 

Un día de efemérides;

se hicieron navegantes

y con lunas  de plata

recorrieron oleajes ,

para anclarse en  mi cuerpo

de flamas anhelantes.

 

Tus ojos me hacen libre,

me visten con el aire

que regalan los dioses

a los dulces amantes.

 

Son el premio a la vida

que revelan verdades:

de un día que entrelaza

la vital transparencia

de las alas brillantes,

que me entregan la ofrenda

de un beso susurrante.

 

Tus ojos se han fundido

con fulgor de trigales,

y con la lluvia fresca

que apacigua  mis ansias,

de dormirme contigo

y amarnos de mañana.