viernes, 15 de septiembre de 2017

Poema - Así Te Amo - Claudia de la Espriella

 

Así  te  Amo

 

Así te amo:

al sentir tu calidez entre mis manos,

caminar en silencio a tu lado,

y seguir presurosos el vuelo de los pájaros.

 

En los surcos del aire que abrazan las palabras,

y juegan como niños queriendo enamorarse,

y saltan los senderos de los bosques de lápices

y escriben nuestros versos en las grutas del aire.

 

Te amo en la alegría que veo en tu mirada,

y por aquellas hojas  que reposan en mi falda,

y la brisa de tu aliento que es piel satinada ,

 y un  sueño de verano  que puebla mis entrañas.

 

Te siento en el  trinar de un ave saludando el alba,

en el suave sabor del café  al despertarme,

en esa agua tibia que me moja la cara,

en el pincel que dibuja mis labios maquillados,

y en el lento caminar de la mañana…
 

Te encuentro en los rincones tristes de la casa,

en aquellos luceros que brillan en la cama,

en la cocina que nos huele a nostalgia,

y el beso en mi mejilla que has dejado…

 
Me miro en el espejo y veo tu rostro,

tus dulces ojos revelando historias insondables,

y el deseo infinito de arrullarte

como un cervatillo en mi regazo.

 
Las notas encantadas de un clavecín dorado

se diluyen entre suspiros y cantatas,

y un brillo titilante de campanas,

me hacen amarte en la risa y en el llanto.

 
Te amo en la alborada hecha de lluvia,

y en las  pequeñas  gotas de la espera

del día que comienza saludando,

en el ruido festivo de  unos niños

navegando en barcos de papel alados.

 

Te amo en el sabor del chocolate

y en la copa de vino  que en la lumbre

florece con un aroma de manzana,

para brindar a la salud de aquellos dioses

que nos regalan la vid de la Esperanza.

 

Te amo en  el viejo almohadón en nuestra cama,

en la mesa servida sin premuras,

en el misterio de este amor cuidando

los minutos, las horas, los segundos,

hechos del algodón de la ternura

y  el deseo de vernos perpetuados.

 

Te amo en el dolor y en la agonía ,

en los momentos  que parecen lánguidos,

cuando el reloj no marca un encuentro

ni la buenaventura ha llegado.

 

Te amo como se ama en el olvido,

de quien nunca recuerda los dolores

y  guarda siempre en un cofre perfumado,

el suave devenir de una caricia

retozando en mi pecho enamorado.

 

Te amo en el brillo de un te quiero

y en el silencio  del enfado.

Y no sé, amor mío, si existe algún  motivo

que pueda explicarnos cómo , cuándo y por qué

este amor permanece a  nuestro lado

y si existe un cristal para aceptarlo:

Es el libre transitar de un sentimiento

y eso basta: Te amo porque quiero y no quiero,

sin que sea  preciso definir por qué te amo.

 

 

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