Como
el aire y
la brisa
Como el aire y la brisa
todo cambia:
el curso de los ríos,
el sonido agudo de las
campanas,
el sabor de la miel,
el olor del café en la
mañana.
Nos quedamos sin medir
las distancias,
volviendo, día a día ,a
escribir nuestros pasos.
Memorias de otras
lluvias,
que ,con simpleza, nos mojan
los zapatos,
y un baile de paraguas desafían las calles.
Las hojas han mudado su
ropaje
los pequeños verdores
se convierten en grana
y el ocre de los días
llega para quedarse.
Lustrosas armaduras se ocultan
tras los años
y sedosas crisálidas son
ahora las monarcas del pasado.
El retrato de ayer, se
ha encanecido en las tardes
y el bebé en su cuna ya
mira las estrellas enamorado.
Las rosas quinceañeras reposan
en el libro más amado
y los serenos cantos se
envuelven en las horas de nostalgias.
Reclinada en la cama
desnuda la doncella se
ha marchado,
un suave ronroneo le
sube por la piel
y es fuego de vida en
sus manos.
Qué bueno!! Te metes en ese mundo seducido por un ritmo ronroneante de tus palabras y ya sabes que vas hasta el fin, por lo menos nos pasa a los que leemos poesía con frecuencia: sabes de una que al entrar en la primera frase ya sabes que vale la pena la experiencia. Y la tuya, sin tantos aspavientos...
ResponderEliminarMil gracias Marcel. Tus palabras críticas son un estímulo para mi. Son años de estar " ronroneando" poemas en mis entrañas.
ResponderEliminarMe interesa mucho, Marcel, que la poesía sea " sin aspavientos2 lo cual no quiere decir plana. Ser profundo en la sencillez de la palabra.
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