martes, 8 de marzo de 2016

Escultura Genesiaca - Franklin Howard Ortega

 
 


Escultura   Genesiaca
 
 
En el génesis del mundo
Todo era tinieblas
El día no había amanecido...

La Luna no tenía alcance para iluminar el todo
El Sol vino en su ayuda
Desde entonces descansan la mitad del día
El Sol duerme de noche
y se va por el ocaso
La inmensa sartén de la mar
frita el huevo sideral de yema roja

Aquellos días genesiacos
El dios alfarero fue moldeando montañas,
Altas montañas de árboles inmensos
Sabanas pastales para la gacela y el elefante
Ríos de doradas riveras aluvionicas
que se abraza con la mar en esteras de juncadas
Y- después- fueron los otros que vinieron en el logo tiempo
Y el dios creó al hombre de diversa cocción
unos más, unos menos, según el hábitat predispuesto
Y de su horno sacro poblaron la tierra
Al último tomó un trozo de hueso
Y moldeó, sin premura, a la escultura viva
Entonces dijo en la mujer tengo mi contento
ordenó que todo lo creado, de nombre de fémina fuera bueno
y le entrego las llaves del tesoro divino : EL AMOR.

1 comentario:

  1. Este poema de Franklin Howard Ortega, me parece muy significativo y lleno de sentido de la armonía. profundo y sencillo como la vida misma. Espero que lo disfruten mucho.

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