Epifanía, que es una
linda y profunda palabra, quiere decir revelación y ese es el significado
simbólico y mágico que tiene la Fiesta de
los Reyes Magos: es la conmemoración de una serie de misterios y sabidurías que
le han sido manifestados a la Humanidad, a través de aquellos
peregrinos letrados. En esta fecha especial
, el Amor divino, encarnado en el recién
nacido de Belén, como símbolo de la humildad y de la entrega a los débiles, se comenzó a expandir con fuerza por el mundo. El mandato del amor, del perdón, del
reconocimiento de que todos somos seres vivos y que merecemos respeto, es
esencial para unirnos en una alabanza, recordando que lo principal es el afecto,
sin que nos importe cuál es nuestro
origen es el mensaje claro que esta epifanía dejó en la Tierra. Así se aprende que es posible reverenciar a un
bebé en un establo, pues el milagro de
una vida es suficiente para entender que
es necesario comenzar un cambio. Por ese motivo, los sabios de Oriente reciben
con entusiasmo la enseñanza de que la vida está hecha de pequeñas
satisfacciones cotidianas.: marchar por un camino incierto y largo, con la esperanza,
siempre la esperanza, de que al final del recorrido, en el momento indicado, estará una hermosa sorpresa aguardando para ofrecernos un cambio
espiritual muy profundo y duradero.
Para mí, el sentido que tiene la revelación que Dios les hace a los sabios consiste en indicarles
que, mediante a su propio esfuerzo y debido a su amor por la raza humana , serán capaces de llevar una vida plena y feliz en todos los sentidos. Por supuesto, esta promesa no está limitada a los reyes orientales, sino
que debe proyectarse hacia todos nosotros. Por eso, hoy hay que recordar que el 6 de enero es el día en
que se reafirman los dones que nos regala el Espíritu Santo. No olvidemos, por
ejemplo, que una de esas dádivas, es la sabiduría. Pero no en el sentido de la
acumulación de información, sino considerando que esos conocimientos, muchos de
ellos ancestrales, deben aportar un cambio profundo en la existencia para estar al servicio de los demás y de la comunidad
en que estamos.
James Joyce, un escritor
que conocía muy bien los intrincados
caminos de la mente humana, como buen irlandés, también conocía profundamente el
lenguaje sagrado que se esconde detrás de los símbolos occidentales. Por eso,
para él, la epifanía está íntimamente ligada a la creación artística. Me explico: el arte, es una forma de conocimiento
, donde la interpretación de lo que nos rodea en una revelación de un mundo interno y, en muchas ocasiones, común a
muchos de nosotros. Es esa especie de visión sublime que le da un sentido de
mensaje cifrado al arte. Creo que es así.
Enfrentarse con el camino de la creación no es un recorrido fácil pero sí es
una forma de conocer mejor todo lo que acontece y de poder, de alguna forma, predecir el recorrido
a seguir para conseguir la verdadera sabiduría que todos buscamos.
Finalmente, quiero
agregar, que sin el impulso creativo y sin la visión de un misterio revelado, no podríamos
avanzar hacia el progreso espiritual. No es cuestión de sentarnos a esperar que
llegue un ángel con sus predicciones y buenas nuevas en la mano, es tratar de ir tras la luz de la
estrella que nos indique dónde está la verdadera sabiduría, esa que nos hace
personas plenas y realizadas.
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