domingo, 17 de enero de 2016

Hace frío esta tarde - Claudia de la Espriella







 
Hace  frío   esta   tarde


Hace frío esta tarde.

Es lúgubre el sonido de la casa.

Lejanos los vestigios de risas en el aire,

la algarabía de niños se marcha derrotada.

 
Las dolidas imágenes de los pies cansados,

llegan con sus heridas desgarradas,

los grillos, ya afónicos, hacen bruma sus cantos,

recorren los abismos de las oscuridades.

 
El viento penetra en las entrañas,

oquedades  profundas se nutren

de ausencias y  de  llanto.

Por abismos de odio  se deslizan

Las marcas indelebles de perversos engaños,

que como ladrones furtivos nos empujan

hacia el rincón donde se pierde la esperanza.

 
Enfermas están las nubes por el llanto

sin recibir sonrisas ni abrazos,

carentes de luciérnagas se han marchado

a esconder sus penas en las oscuridades,

mariposas sin rumbo invaden los tejados

y sus alas de muerte invitan a su danza,

son dolores antiguos que queman las entrañas,

son horas desoladas que a la vida asaltan,

como las manecillas de relojes cansados,

son largas pesadillas con humo en la mirada,

sin  tener los latidos de  las dulces pisadas,

diciendo, sin decirnos sin siquiera mirarnos

que la cálida alegría ha huido de la casa.

 
Las horas de agonía han llegado:

y el frío de la tarde es eco en la montaña…

 

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