martes, 8 de diciembre de 2015

Vida de Gatos - Sofìa

 
Sofía durmiendo
 
 
 
Cuando Sofía llegó a la casa no pasaba de los tres meses. Era muy activa, curiosa, llena de ideas disparatadas y muy cariñosa. Han pasado 15 años desde esos días y Sofía se ha convertido en una verdadera reina.  Con la edad, ella ha ganado privilegios. Ahora ella es la que manda y dice qué se puede hacer y qué no. Regaña a diestra y siniestra. Si me demoro, me recibe con una andanada de reproches. Todos los días es obligatorio el desayuno con una almojábana bien caliente. De no hacerlo se retira furiosa de la mesa y dura haciendo mala cara por lo menos medio día. Ella sabe que tiene muchos privilegios y, por eso, se esmera en imponer reglas. Mira con ojos de reproche y luego alza la cola y sale del sitio mascullando reproches y va a dormir bien arropada en una sitio donde nadie la vea.
 
Sin embargo, Sofía, Sofi, es una gatita muy tierna. Cuando trabajo se sienta a mi lado y allí me ve escribir por horas.  No se mueve y mira el teclado y luego, la veo sorprenderse con la magia de las palabras que salen en la pantalla y que ella, estoy segura, lee y aprueba o desaprueba.
 
Sofía es muy compañera, guardiana de la casa y, más que todo una sabia consejera.

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