Hablando con mi amiga la pintora cartagenera Cecilia Delgado surgió la idea y mi interpretación de la simbología profunda que hay en los nichos.
El Nicho - Villa de Leiva
El Nicho
Llena de bendiciones y alabanzas,
me hinco frente al rincón de mis nostalgias.
En recogimiento dulce y sosegado,
el nicho de mis sueños guarda los
dulces días ,
de silencios sagrados, de suave
intimidad ,
de entretejidas historias de la
infancia.
el tiempo del misterio revelado,
miradas de ternura reflexiva,
enigmas al vuelo hechos palabras,
es un mundo sin fin de
sensaciones
tejiendo hilos de unión de
eternidades.
con nuestras lágrimas sus
profundidades,
cosmogonía perpetua en sacro
diálogo,
con todas las criaturas de alas
desplegadas.
pequeñas mariposas, albas garzas,
ágiles gaviotas mensajeras del
Nirvana,
abejas hechas miel en armonía
con lluvias de rocío saludan la alborada,
las flores del misterio y sus
aromas
en mi voz se hace plegarias.
de los interrogantes , y recorren mis pasos,
en círculos concéntricos, para hablar con los sueños
y los míticos retratos de los antepasados.
el nicho crece en nuestras manos;
sin fines ni principios, sin linderos
bordeando la montana.
los hilos de esforzadas
telarañas:
todo y nada en un profundo instante,
más allá de la vista, más allá
del abrazo,
más allá del beso delicado de la
madre.
Traspasando los límites,
traspasando el profundo color
de mejillas sonrosadas: la niñez
y el invierno,
el verano maduro y el amor recién
levantado.
Son todos los caminos, son todos los
descansos.
Son todas las vigilias, son todas
las conciencias despertando
Y sólo una certeza: siempre somos
finitos
y cambiantes.
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