jueves, 11 de febrero de 2016

Quién no conoce a Sara Abril - Pedro Blas Julio


 
Sara    Abril
 
 
¿Quién   no   conoce   a   Sara   Abril?

Pedro Blas Julio Romero


De acuerdo con la controversia que ha desatado la líder estudiantil de la Universidad Nacional de nombre Sara Abril, puede llegar a considerarse el que la chica si ha logrado hacerse notoria al vislumbrase como una marioneta de la decadente izquierda colombiana.

Durante mucho tiempo una izquierda permanece en el oficio de alienación sobre generaciones de jóvenes a que sean radicales en aquellas ideas, sin razonar sobre el punto de vista del otro. Puesto que todo gruñir de izquierda va considerándose en si misma hegemónica y dueña de la verdad absoluta. A criticar sin razonar. A lucirse, donde por incontables décadas ésta izquierda ha permanecido arrojando a esas generaciones de jóvenes hasta la irremediable  inmolación. De entre los cuales, unos haciéndose en los pantalones a paso de ciegos, sordos y mudos tras lo eufemístico de un internacionalismo proletario. ¿Será en verdad que a Sara Abril le faltó mucha clase, respeto y educación? O algo dijéramos como que se va adquiriendo en el hogar. O simplemente ¿problemas de lo Psico-motriz? ¿Malas influencias después de egresada? ¿O ésta chica solo buscaba hacerse conocer y buscar protagonismo? ¿Acaso estamos en capacidad de juzgar a una aventajada entusiasta en el retoricismo manido de la necrofilia ideológica?  Uno causando risa por dilucidar alrededor de estos ajetreos, los cuales no dejan de ser penosos, puesto que de un momento a otro le encuentras a cierta izquierda, dizque radical, dándose la lengua junto con la descomposición de los partidos tradicionales por continuar repartiéndose el cultural saqueo de los caudales públicos. O de mercenarios, ya no al servicio del social imperialismo maoísta o soviético-cubano, sino del narcotráfico.

A lo mejor, una Sara Abril viene a ser otra víctima atrapada en aquella telaraña que la estuviera adoctrinando desde la recamara Nazi del Comité de Propaganda y Detracción de su partido de izquierda, donde jamás le van a instruir en lo concerniente al escuchar al otro, ni a discutir con argumentos. Al no quedarle, a la misma, otro recurso sino lo de hacer ruido. Discurso de  ditirambo en pandereta triste cuando ésta sociedad colombiana  de país que no llega ni a país, mucho menos a sociedad, ha de necesitar  más que palabrería barata de izquierda, la urgencia de propuestas al dialogo. ¿Amerita el aconsejarle, a la chica, retomar su camino para que transmita mejor sus ideas? ¿Será que al parecer el primero que faltó a las normas de debate fue ése funcionario público presidente de la nación colombiana? Un funcionario a quien el constituyente primario le ha hecho su empleado con el fin de que le defina asuntos de prioridad, de urgencia crucial como la salud y la educación. Pero no obstante tales empleados por cumplir a una innata herencia de ladrones se robaron aquello, y desde entonces van en relucir de una alcurnia de hampa de jerarquizados y excluyentes. Siendo a lo mejor uno de los motivos por los que el estudiantado no respetara ciertas normas ¿no les parece? Además, los alumnos fueron citados para ver una película y no para debatir con su funcionario público en estos momentos encargado de la presidencia de la nación. Ella, la chica, desperdicio una oportunidad de oro brindada por la altivez monárquica. Fueron míseros cuatro minutos, pero al fin y al cabo cuatro minutos de su majestad a las puertas de una posible invitación que reabriera un espacio con todos los estudiantes para no discutir, sino mendigar, temas de agenda pública, así como ir dejando por sentado que el público, o en éste caso los súbditos que se encontraban allí también necesitaban respuestas claras acerca de la red de un prostíbulo de homosexuales en la Escuela General Santander de la Policía, en Bogotá, ante la aparente indiferencia de los directivos de la institución. Cuando por descubrir cómo funcionaba dicha red homosexual le habría costado la vida a la alférez Lina María Zapata…pero aquellos súbditos del Rey, tuvieron que levantarse en repudio contra una Sara Abril, cuando por su tronera irracional dio al traste con la posibilidad del posible esclarecimiento de un escándalo en las filas de los héroes de la patria. La verdad fueron momentos tensos.

 

Y no deja de ser patético aquello cuando una señora sacó a flote un hablado en guturales sucesivos piticos, muy a lo síndrome de Tourette. La misma sin dejar a un lado aquella acentuada hediondez de sucia coprolalia como una de las derivaciones del Tourette, por el intento de recomendar las toneladas de ladrillos aumentando las toneladas de diagnósticos que no dejan de diagnosticar a la porteña ciudad de Cartagena, que de paso, única ciudad porteña del mundo, sin puerto. Ciudad re-diagnosticada, que en cada ladrillo editado de diagnóstico, va en Cartagena el Johnny Walker envolviendo aquello en papel de regalos y cinta ‘para’ un regalo a una que otra de sus puticas que les direccionan las instituciones cartageneras bajo el mando de su “familia”. Un Johnny Walker, de la “familia” de abigeos de la piedaternerovientre, hoy tras las rejas, donde un flamante Johnny Walker, antes de estampar su firma con la dedicatoria, cagado de la risa, no deja de festejar con esnifado de cocaína a semejante logro de la academia. Entonces podemos convencernos como de igual ésta otra ánima en pena, la de  guturales sucesivos piticos, muy a lo síndrome de Tourette, se hizo sentir, que hasta da la impresión de ser pariente del engendro del impertinente trasgo de la mella analucía. 

 

Se recuerda que los estudiantes eran "primiparos"  Mucho se argumenta de que se está es satanizando a la líder estudiantil y de paso agregando la descalificación por etiquetar a los millones de colombianos que no se encuentran de acuerdo con ----la "paz" de santos---, al señalar a estos colombianos como "enemigos de la paz", con toda clase de epítetos como lo de “guerreristas”, "ultraderechistas". Bueno, cada colombiano es un país que odia al otro. A la larga…esto fue lo que trajo el barco.

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