domingo, 27 de septiembre de 2015

A Veces



 
 
 
 
A   Veces
 

Tu amor no siempre me sonríe.
A veces duele
como duele el silencio,
como duele el olvido.
 
Tu amor no siempre es de nácar.
Hay días inmensos
en que se ve manchado
de reproches y agravios.
 
Tu amor no siempre es dulce.
A veces lastima mi piel
como si se tratara
de una espina encarnada.
 
Tu amor no siempre es pacífico.
A veces  guerrea con la fuerza
de un lobo hambreado.
 
Tu amor no siempre me envuelve
con el calor de tus manos.
A veces se hace hielo
y llega a paralizarme.
 
Tu amor no siempre viene a visitarme.
A veces se aleja
llevándose  mis lágrimas.
 
Tu amor no siempre me guía al cielo.
A veces me conduce
hasta el infierno de las incertidumbres
que quieren destruir tus palabras.
 
Tu amor puede hacerme daño,
puede llevarme a la desesperanza.
Tu amor puede obligarme
a llorar  largamente
y a sentir la soledad
de tu mirada alejándose.
 
Tu amor es así:
incomprensible, enigmático:
hecho de  universos de alegría
aunque existan recelos
y a veces duela
como duele el silencio
cuando llega el olvido.
 

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