A Veces
Tu amor no siempre
me sonríe.
A veces duele
como duele el
silencio,
como duele el
olvido.
Tu amor no siempre
es de nácar.
Hay días inmensos
en que se ve
manchado
de reproches y
agravios.
Tu amor no siempre
es dulce.
A veces lastima mi
piel
como si se tratara
de una espina
encarnada.
Tu amor no siempre
es pacífico.
A veces guerrea con la fuerza
de un lobo
hambreado.
Tu amor no siempre me envuelve
con el calor de tus
manos.
A veces se hace
hielo
y llega a
paralizarme.
Tu amor no siempre
viene a visitarme.
A veces se aleja
llevándose mis lágrimas.
Tu amor no siempre me
guía al cielo.
A
veces me conduce
hasta
el infierno de las incertidumbres
que
quieren destruir tus palabras.
Tu amor puede hacerme
daño,
puede llevarme a la
desesperanza.
Tu amor puede
obligarme
a llorar largamente
y a sentir la
soledad
de tu mirada
alejándose.
Tu amor es así:
incomprensible, enigmático:
hecho de universos de alegría
aunque existan recelos
y a veces duela
como duele el silencio
cuando llega el olvido.
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