viernes, 27 de mayo de 2016

Equipaje - La maleta de mi vida


 
 
Equipaje- Eduardo Úrculo
 
 
Equipaje

La maleta de mi vida  

se ha llenado

con todos los recuerdos

de los días pasados:

las horas de sopor en la playa ,

el sol hecho de luces de esperanza,

los libros ilustrados de mi infancia

que guardan las  palabras encantadas,

el juego de rayuela que ha volado

hacia un cielo de nubes sonrosadas ,

la arena de mi cuerpo adolescente

que construye castillos sin fantasmas

y no le teme a dragones legendarios.

 
Afuera:

el frío de una noche de tormenta,

el viento cruje con dolor desgarrado,

las hojas rasgan sus vestiduras,

y veo pasar las aves sigilosas

profetas de las adversidades.

 
Frente al fuego sagrado:

las risas gozosas,  entre amigos,

que saludan al vino en la mesa

para brindar por el primer trabajo,

un viaje remontando el infinito,

en busca de mis alas libertarias.

 
Por los rincones oscuros de mi casa

transitan los pesares presurosos,

entran en los armarios, asechan los pasillos,

se ocultan tras las puertas,

violan las cerraduras, desordenan la cama

y luego lanzan cínicas carcajadas.

 
El primer amor: con sus dudas,

sus caricias tímidas, sus gestos imprecisos,

su música sencilla, su  febril desnudez,

sus besos presurosos, sus miradas lejanas

se guardan  en estuches perfumados

y emergen de las horas olvidadas,

cuando menos lo esperas,

para mezclar lo dulce con lo amargo.
 

Como sentencias bíblicas nuestros versos

confunden los suspiros con el llanto,

suben hacia los límites del olvido

y se vuelven humo asfixiante.

 
Se llevan por la calle

los tendones, las manos hechas de lluvia,

los huesos que chirrean en la noche,

los ojos que se cansan, las migrañas…

la experiencia de un día hecho de otoño,

una cortina que oculta los secretos,

los pies que se hinchan al declinar la vida

y aún así buscamos un momento

para alcanzar la cima de los sueños

por los que siempre hemos luchado.


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