domingo, 29 de mayo de 2016

Malecón - Carlos Villalba Bustillo

 
Como siempre Carlos Villalba Bustillo  con una gran lucidez  habla de una realidad política que debe preocupar a todos los colombianos que queremos a un país sin corrupción.
 
Malecón
 
CARLOS VILLALBA BUSTILLO

Por: CARLOS VILLALBA BUSTILLO
29 de Mayo de 2016 12:00 am
En la vida pública hay parentescos innegables y coincidencias insólitas. No se trata de nada nuevo, ni de que nadie pretenda colgar ramas absurdas a los árboles genealógicos de la familiaridad por analogía. No, los hechos son los avales lógicos de ese corolario que surge de la observación serena y descarnada de lo que pasa entre nosotros, o cerca, en el vecindario borrascoso.
 
La Comisión Instructora que eligió el Senado de la República, dentro del juicio político al muy “digno” magistrado Jorge Pretelt, comenzó a actuar igualito al presidente Nicolás Maduro con el referendo revocatorio. Dilatar al máximo para que sea el tiempo, esto es, los danzarines términos procesales, la clave de las decisiones. Si el referendo revocatorio no se lleva a cabo este año, el Partido Socialista de Venezuela continúa en el poder. Si la comisión pretelista no se pronuncia antes del 20 de junio, el “digno” magistrado completaría su período en marzo de 2017.
 
¿Qué diferencia hay entre la táctica del “castrochavismo” venezolano (extrema izquierda) y la del uribismo colombiano? (extrema derecha). Ninguna. Son hermanas. Nos exponemos, sin embargo, a que José Obdulio Gaviria nos replique, con ese aire de genialidad que le imprime a su dogmatismo montañero, que hubo un pacto entre Hitler y Stalin para no “darsen en la jeta”, como dicen los paisas. ¡Ah!, es que el consejero primo es un hombre superior.
 
La justicia política es mamasantona y permite, por tanto, que quienes combaten la impunidad para sus enemigos en las cortes y los tribunales, le den la bienvenida para sus amigos y cómplices en la que administran los senadores y las senadoras. Pero, ojo, hay otra maldición gitana que reza: “Pleitos tengas y los ganes”. O lo que es lo mismo, lo que se gana o se otorga sin derecho tiende a dar vueltas en redondo.
 
Se repitió la historia de Dragacol. Reginaldo Bray fue condenado por peculado doloso; Mauricio Cárdenas, que firmó con Bray el acuerdo de pago, salvó el pellejo por peculado culposo. Fue a la cárcel su viceministro. Víctor Pacheco está preso, y los ejecutivos de Fidupetrol, también. Pretelt sigue “digno” y libre. En ambos casos el ministro Cárdenas talló bien, pues le financió una biblioteca a Pretelt en vísperas de un fallo progubernamental. Para lo único que no opera la regla fiscal es para los contratos por $15.000 millones que suscribió con el Estado su hermano Jorge Hernán.
 
Gracias a la magia dilatoria de José Obdulio y Paloma Valencia, Pretelt está al borde del procerato. Uribe, como siempre, sacó sus chorizos del humo con el impedimento. Si le condenaron a sus ministros, se la juega para que no le crucifiquen a su magistrado. Que no olviden JOG y Palomita, eso sí, que hay una figura llamada prevaricato por omisión que no cobijaría a su jefe ordenador.

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