Sara Marta Fonseca
Feminismo dónde estás?
- Segunda Parte -
El sexismo no es culpa
de la mujer—matad a vuestros padres, no a vuestras madres—. De modo que en el
núcleo duro del Movimiento de Liberación de la Mujer hay un lesbianismo
andrófobo, amargado, extremadamente neurótico si no psicótico. La quintaesencia
del Nuevo Feminismo queda patente. Las feministas han caído en una trampa de
tipo lógico al basar sus acusaciones en siglos de lavado de cerebro masculino.
Porque si eso fuera cierto, entonces ¿Por qué han sido los hombres quienes han
dominado la cultura durante eones de tiempo? Seguramente, esto no puede ser un
accidente ¿No es quizás evidencia de la superioridad masculina? Las seguidoras
de Friedan, que claman estridentemente por la igualdad de ingresos y de
posición, se han visto, sin embargo, superadas en los últimos meses por unas
"nuevas feministas", unas liberacionistas de la mujer más militantes,
son mujeres que colaboran con las simpatizantes del movimiento anterior, más
antiguo, pero las consideran como conservadoras tías "Tom". Estas
nuevas militantes, que han estado recibiendo la mayor parte de la publicidad,
persistentemente relacionan la supuesta opresión de la mujer con la de los negros
y, al igual que el movimiento negro, rechazan la igualdad y la integración y
exigen un cambio radical en la sociedad. Piden la abolición revolucionaria del
supuesto dominio masculino y de su supuesto corolario, la familia. Dando
muestra de un odio hacia los hombres profundamente arraigado, y que apenas
disimulan, estas mujeres quieren comunas solo para mujeres, niños administrados
por el Estado, bebés probeta o simplemente la “castración de los hombres",
que es lo que Valérie Solanis, la auténtica fundadora de este movimiento
militante de liberación de la mujer, pedía en su Manifiesto SCUM 5 (Society for
Cutting Up Men – (sociedad para castrar a los hombres). Solanis se convirtió en
la heroína cultural del nuevo feminismo en 1968 cuando disparó y casi mató al
pintor y cineasta, Andy Warhol. En lugar de desligarse de ella (como haría
cualquier persona racional) por ser una solitaria perturbada, las feministas
escribieron artículos alabando a Solanis como la "dulce asesina" que
intentó deshacerse del "macho de plástico" Warhol. Deberíamos haber
sabido entonces lo que se nos venía encima.
La palabra inglesa "scum" se traduce como "escoria"
o capa de suciedad; entonces partamos de la opinión cuando relaciones más
profundas se establecen entre hombres y mujeres, cada uno de ellos se convierte
en algo más que un objeto sexual para el otro; si son afortunados, cada uno de
ellos se convierte también en un objeto de amor. Parece algo banal que uno
tenga que molestarse en decir estas cosas pero, en el cada vez más degenerado
clima intelectual de hoy, ya no podemos dar por sentada ninguna sencilla verdad
por evidente que parezca. La encantadora carta de Susan L. Peck publicada en el
New York Sunday Times (del 29 de marzo de 1970) comentando el artículo de
Brownmiller, contrasta con la estridencia de las feministas. Después de afirmar
que ella, por su parte, da la bienvenida a la admiración masculina, la señora
Peck afirma que "Para algunas esto puede sonar machista pero no albergo un
enloquecido afán de venganza que me impulse a desear ver a mi responsable y
trabajador marido planchando en casa". Tras denunciar la inadaptación
femenina de la que hace muestra el "movimiento de liberación de la
mujer", la señora Peck concluye: "Yo, por ejemplo, adoro a los
hombres y prefiero ver a uno que convertirme en uno" ¡Hurra! Espero que la
señora Peck hable por la mayoría silenciosa de mujeres norteamericanas. En
cuanto a las feministas, tal vez podríamos empezar a tomarnos más en serio sus
constantes y reiteradas analogías con el movimiento negro. Los negros han
pasado en efecto de la integración al poder negro, pero la lógica del poder
negro es cruda y simplemente: nacionalismo negro —una nación negra
independiente—. Si nuestras nuevas feministas desean abandonar el "integracionismo"
macho-hembra para alcanzar la liberación, entonces esto implica lógicamente
otorgar Poder a la mujer, en
definitiva, un nacionalismo femenino ¿Debemos entonces entregar un terreno
virgen, tal vez las Black Hills o quizás Arizona, a estas furias? Sí, dejémoslas
que creen su República Democrática Popular de Mujeres Amazonas
Castradoras-de-Karate, que más que les pese, la infección de su enferma actitud
e ideología se vería entonces aislada y apartada del resto del más amplio
cuerpo social y los demás nos podríamos entonces dedicar a la buena y vieja
heterosexualidad y seguir con nuestras cosas sin ser importunados. Ya es hora
de que hagamos caso al sonoro mandato de William Butler Yeats: Abajo el
fanático, abajo el payaso; Abajo, abajo, a martillazo. Y de que nos hagamos eco
del dicho alegre de aquel hombre mayor francés del famoso chiste según el cual
cuando en Francia una militante femeninista afirmó ante la audiencia en una
reunión feminista: "Solo hay una muy pequeña diferencia entre hombres y mujeres",
un hombre mayor se puso en pie y gritó: "Vive la petite différence!".
El Profesor Leonard P. Liggio ha traído a nuestra atención dos puntos de vital
importancia en la explicación de por qué la agitación feminista ha surgido de
la Nueva Izquierda. La primera es que las mujeres de la Nueva Izquierda solían
dormir promiscuamente con los hombres del movimiento y se dieron cuenta, para
su conmoción y consternación, de que no estaban siendo tratadas más que como
meros "objetos sexuales". En resumen, después de que carecieran de la
autoestima necesaria para tratarse a sí mismas como algo más que objetos
sexuales, estas mujeres de la Nueva Izquierda descubrieron con gran
consternación que los hombres las estaban tratando precisamente como ellas
mismas se veían a sí mismas. En vez de darse cuenta de que su propia conducta
promiscua se hallaba en la raíz del problema, estas amargadas culparon a los
hombres y así nació el movimiento de liberación de la mujer.
Por su parte Carla Pérez Morantes concluye --: lo de las reivindicaciones
feministas, unido a los discursos a favor de la mujer que estuvieron acaparando
titulares en las revistas de moda, nos remite a una curiosa pregunta, ¿son la moda y el feminismo compatibles?A pesar de todo, lo que sí está claro es que la moda
no dura para siempre, es un movimiento cíclico que pasará para después ¿acaso
volver?
Hemos
sostenido una y otra vez que el feminismo solo vale para la izquierda, por eso
son tan falsas, tan bragadas, tan…hipócritas, el mundo entero sabe que existen
las damas de blanco, y sin embargo ¿qué dicen? ¿O cuando, digamos, por alguna
casualidad le han dado la misma cobertura y apoyo que a las madres de la plaza
de mayo?…ya sabemos la respuesta. Es indignante al igual que en los Estados
Unidos las organizaciones de mujeres no protestan cuando las agredidas son
anticomunistas. Vergüenza les debía dar ser mujeres y algunas decir en la
televisión que son madres. Deberían al menos pensar que tienen hijos y…sobre
todo hijas.
Las
feministas solo defienden la izquierda, a través de los años ha sido así. Ellas
como todo este elemento de izquierda llegará el día que irán a parar al
basurero de la historia. Es bochornoso ver constantemente a esas pobres mujeres
arrastradas y golpeadas por esos pocos hombres que parece no nacieron de
ninguna mujer. Y después tienen el descaro de criticarle al exilio en Miami
cuando protestan ante la llegada de un delincuente revolucionario de Cuba a
cantar mientras en su usurpada, empobrecida Cuba golpean a mujeres indefensas,
esas protestas son casi nada comparadas con lo que ellos se merecen que se les
haga. Igualmente les molesta como los afroamericanos no protestan cuando ven
que muchas mujeres cubanas de las que golpean son negras, ellos que se pasan la
vida buscando cualquier tipo de argumento con respecto a la discriminación a su
raza, ¿o es que las negras y negros cubanos no lo son también? La escritora Zoe Valdés nos acerca al
desesperado clamor de esas mujeres. Que por lo mismo la siguiente carta--:
Sra. Ministra de Exteriores de España
Doña Trinidad Jiménez, ¿podría usted enviar un recado a sus amigos del
gobierno cubano para que cese la represión contra indefensas mujeres opositoras
en la isla? Sería como mínimo una muestra de solidaridad con esa oposición que
cada domingo se enfrenta a las turbas castristas para pedir libertad y respeto
a los derechos humanos de sus conciudadanos. Esas mujeres necesitan su apoyo
como mujer y como representante de un gobierno que presume de ideas de
progreso. Por eso, usted no puede contemplar impasible la violencia que cada
domingo se ejerce sobre esas Damas de Blanco, Damas de Apoyo y mujeres
opositoras de Cuba, arrastradas por el suelo, golpeadas , detenidas en celdas
tapiadas, y desaparecidas por horas y por días. Que este llamado de atención
sea también para todos los grupos, instituciones, y organismos feministas que
dicen ser defensoras de la mujer maltratada. Sra Pilar Barden, Ministra Pajín,
las mujeres cubanas necesitan de su ayuda .Denuncien esta violencia brutal, que
es desde hace meses, la noticia bochornosa que cada fin de semana
nos llega de Cuba.
Pedro
Blas Julio
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