Democracia real ya
Una pequeña reflexión sobre la democracia
Pasó el domingo de elecciones en Colombia y todos quedamos
convencidos que nada cambiará en el país. Seguirá la pobreza, las EPS
continuarán abusando de la salud de todos, la movilidad en las grandes ciudades
no dejará de ser un caos, los empleos informales crecerán a un ritmo
endemoniado mientras el DANE dirá que se está acabando el desempleo y la
inseguridad, muchas veces producto de la pobreza, no dejará de ser uno de los
mayores flagelos que tienen que soportar los colombianos. Así pues, es un hecho
que la democracia colombiana no ha sido real ni mucho menos ha favorecido
políticas de cambio para que se pueda caminar hacia una sociedad en paz.
Una de la mayores mentiras es que los elegidos como alcaldes
y gobernadores en las diferentes regiones del país están convencidos de que
ganaron. Esa percepción es totalmente errónea. No puede una persona mediamente
sensata, ni tampoco aquellos que votaron por él, considerar que es un triunfo
conseguir un 33%, un 35%, un 38% o máximo un 45 % mientras el resto de los votos escrutados
suman más 60% de rechazo a ese determinado candidato y hay una abstención de
más del 50%. Eso es, desde el punto de vista matemático, un rotundo fracaso y
una garantía de que no se cuenta con el
respaldo popular para hacer satisfactoriamente una gestión y aún con alianzas
con algunos de los perdedores, no se puede alcanzar el mínimo del 50 más 1 para considerarse el grueso de la población
realmente lo considera apto para dirigirlos. Si en Colombia de veras hubiera
una democracia, ya los ciudadanos del común deberíamos haber promovido un
movimiento tendiente a acabar con esa fórmula arcaica e inútil para lograr
salir electos. Debería poder convocarse a unas nuevas elecciones con distintos
candidatos a los que ya se presentaron y no obtuvieron sino la mayoría simple,
pues es claro que no cuentan con el apoyo de la ciudadanía aunque obtengan la
mayoría entre el mínimo.
Si la abstención no baja, quiere decir que las fórmulas de
gobierno que han estado en el poder no
han podido convencer a los colombianos que se marginado tradicionalmente del
proceso, que han hecho un buen gobierno. Así pues, eso indica que la
insatisfacción es profunda y que hay que saber elegir mejor, pues no se está
consiguiendo el objetivo. Un fracaso así no puede llenar de satisfacción a
ningún candidato decente y pensante.
Ya es hora de que la democracia colombiana se sustente sobre
verdaderos valores y nadie , absolutamente nadie puede considerarse victorioso
con estos deplorables resultados, así el candidato de sus más profundos afectos
haya salido elegido. Las elecciones son un fiasco porque no hay una aceptación fuerte
de los ciudadanos. No se obtenido nada
con respecto a respeto de la opinión mayoritaria. Lo que el grueso de la
población piensa es que no estamos bien representados y peor aún dirigidos. Ahora
hay que preguntarse cómo llegar de verás a una democracia que refleje el sentir
de la mayoría de los colombianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario