lunes, 26 de octubre de 2015

Una pequeña reflexión sobre la Democracia


 
 

Democracia real ya

 
 
Una   pequeña   reflexión   sobre   la   democracia

 

Pasó el domingo de elecciones en Colombia y todos quedamos convencidos que nada cambiará en el país. Seguirá la pobreza, las EPS continuarán abusando de la salud de todos, la movilidad en las grandes ciudades no dejará de ser un caos, los empleos informales crecerán a un ritmo endemoniado mientras el DANE dirá que se está acabando el desempleo y la inseguridad, muchas veces producto de la pobreza, no dejará de ser uno de los mayores flagelos que tienen que soportar los colombianos. Así pues, es un hecho que la democracia colombiana no ha sido real ni mucho menos ha favorecido políticas de cambio para que se pueda caminar hacia una sociedad en paz.
 
Una de la mayores mentiras es que los elegidos como alcaldes y gobernadores en las diferentes regiones del país están convencidos de que ganaron. Esa percepción es totalmente errónea. No puede una persona mediamente sensata, ni tampoco aquellos que votaron por él, considerar que es un triunfo conseguir un 33%, un 35%, un 38% o máximo un 45 %  mientras el resto de los votos escrutados suman más 60% de rechazo a ese determinado candidato y hay una abstención de más del 50%. Eso es, desde el punto de vista matemático, un rotundo fracaso y una garantía de que  no se cuenta con el respaldo popular para hacer satisfactoriamente una gestión y aún con alianzas con algunos de los perdedores, no se puede alcanzar el mínimo del 50 más 1  para considerarse el grueso de la población realmente lo considera apto para dirigirlos. Si en Colombia de veras hubiera una democracia, ya los ciudadanos del común deberíamos haber promovido un movimiento tendiente a acabar con esa fórmula arcaica e inútil para lograr salir electos. Debería poder convocarse a unas nuevas elecciones con distintos candidatos a los que ya se presentaron y no obtuvieron sino la mayoría simple, pues es claro que no cuentan con el apoyo de la ciudadanía aunque obtengan la mayoría entre el mínimo.
 
Si la abstención no baja, quiere decir que las fórmulas de gobierno que han estado en el poder  no han podido convencer a los colombianos que se marginado tradicionalmente del proceso, que han hecho un buen gobierno. Así pues, eso indica que la insatisfacción es profunda y que hay que saber elegir mejor, pues no se está consiguiendo el objetivo. Un fracaso así no puede llenar de satisfacción a ningún candidato decente y pensante.
 
Ya es hora de que la democracia colombiana se sustente sobre verdaderos valores y nadie , absolutamente nadie puede considerarse victorioso con estos deplorables resultados, así el candidato de sus más profundos afectos haya salido elegido. Las elecciones son un fiasco porque no hay una aceptación fuerte de los ciudadanos.  No se obtenido nada con respecto a respeto de la opinión mayoritaria. Lo que el grueso de la población piensa es que no estamos bien representados y peor aún dirigidos. Ahora hay que preguntarse cómo llegar de verás a una democracia que refleje el sentir de la mayoría de los colombianos.

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