martes, 27 de octubre de 2015

Sobre la poesía de Pedro Blas Julio- Joao Venderlei de Moraes Filho-Entrevista.


 
 
Pedro Blas Julio
 
La obra de Pedro Blas Julio
 

El poeta-escritor brasilero João Vanderlei de Moraes Filho , director fundador de la Casa de Barro y del Festival Carurú de los Siete Poetas del Mundo de Cachoeira Recóncavo de Salvador de Bahía-Brasil. Catedrático de la Universidad Federal de Salvador Bahía quien opina acerca del poemario  versos sacros de guerra en ilé agaju Xangó , o último libro del Poeta-Negro Pedro Blas próximo a editar por el Instituto de Patrimonio y Cultura --IPPC-- de Cartagena.
 
El poeta-escritor brasilero João Vanderlei de Moraes Filho , acerca de la obra de Pedro Blas dice----:Su poética afortunadamente étnica. Por qué lo de, Pedro, es un trabajo etnográfico y antropológico del espacio, del imaginario africano en estas latitudes Heroicas. La narrativa épica pregonada. De hecho una poesía para ser declamada.... 
 
En un proceso de educación de los pueblos afro descendientes de Colombia, sería fundamental que esta literatura con trazos étnicos y antropológicos fuera parte de un proceso de liberación contemporánea comenzando por la comprensión de sí mismo, donde están nuestros fragmentos identitarios, viendo se aquí como el tambor suena más fuerte en el corazón. La cultura, los sentidos, los acentos étnicos de nuestras composiciones como ser, estando en este mundo, en este espacio, sobre todo Cultural, nos regala un maravilloso y admirable nuevo mundo, donde a través de su poética nosotros, lectores, dibujamos las miradas y puertos negreros de Cartagena, del Caribe, del Recóncavo, puesto al mar que nos sangra y en nosotros sangra…
 
Así mismo María Espinoza catedrática de la Florida International University Entrevista a Pedro Blas Julio Romero, poeta y cineasta colombiano María Espinoza Florida International University Nacido en Cartagena (Colombia) en 1949, reside en Getsemaní, barrio emblemático de las luchas sociales de la otredad latinoamericana en La Ciudad Heroica. Con antecedentes en el nadaísmo y el surrealismo, el nadaísmo colombiano ha sido una de las vertientes que ha dado la forma de expresión a la protesta social de sus textos. Ha publicado los libros Cartas del soldado desconocido (1971) y Poemas de Calle Lomba (1984). En 1993 gana el Premio Nacional de Poesía “Jorge Artel” con el libro de poemas Rumbos, con el cual ha permanecido representando a Colombia por diversos lugares, tales como Cuba, dentro del Festival de la Gran Cultura Caribeña, o Fiesta del Fuego, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que también la de Bogotá, y la similar Feria internacional del libro de Caracas-Venezuela…entre otros. El poemario antes citado ha sido incluido en la recopilación de toda su obra, la Antología poética de Pedro Blas, editada en 2010 por la Universidad de Cartagena. Asimismo, esta antología ha sido reeditada, también en 2010, en el tomo XIII del programa de la Biblioteca de Literatura Afrocolombiana del Ministerio de Cultura. Hace 24 años funda una propuesta, a partir de sus investigaciones de la cultura africana, que consiste en la recuperación de los Cabildos de Negros en su Cartagena natal. Cuenta además el poeta con un espectáculo de escenificación de poesía negra musicalizada en lengua de la religión africana Yoruba. Actualmente es miembro de un taller de narrativa con la dirección del escritor Oscar Collazos. Tiene en preparación varios libros, tanto en prosa como de poesía: Poemas de la Singladura, O Pañol de Proa; este último trata, en parte, de su vida de marino durante 25 años por los mares y puertos del mundo. De igual forma, esta apasionante vida de marinero vendrá recopilada en su novela El cocinero del Vapor Monrovia. Por otro lado, ha escrito también poemas a los reyes del cielo terrenal del sagrado panteón africano, o los sagrados Espinoza 2 Hispanet Journal 3 (December 2010) Orishas, donde se aprecia un estrecho vínculo junto con los héroes de la polirritmia afroantillana, como Chano Pozo, Bola de Nieve, Héctor Lavoe o Celia Cruz, entre otros. Del mismo modo, tenemos La Poesía negra y Poesía sin tiempo, con cantos a Poe, Vallejo, Artaud y Miller. Desde el año 2000 dirige el Taller de Poesía “Luis Carlos López”. En la actualidad participa en programas de radio donde se intercalan comentarios acerca de las vanguardias literarias, la cuentística, la narrativa, cine, poesía, literatura, así como la música en sus distintas vertientes. Introducción Esta entrevista tuvo un nacimiento fortuito en la Segunda Conferencia Internacional de Estudios Caribeños de Cartagena, Colombia, en marzo 2010, en la que Pedro Blas Julio Romero, el llamado “profeta del pueblo”, leyó varios de sus poemas como invitado especial. Después de su deslumbrante presentación, Pedro habló acerca de su vida, su obra y el cine y la poesía de Colombia.
 
 
ME: Pedro, me gustaría que nos hablaras de tus primeros años de poeta, de esos tiempos en los que te das cuenta de que posees el don de la poesía. ¿Cuándo descubres realmente eso que se llama “destino"?
 
PJ: En los años de mis primeras letras, fascinado por los ejercicios o tareas de escuela acerca de poesía y poetas, es donde empiezo a detenerme en contemplar una melodiosa, como multicolor vida frente a mis ojos transcurriendo en mi barrio, ya que en éste se estaba gestando el embrión de la ciudad de Cartagena de hoy por hoy, la de la bulla lírica bordeada de un prisma. Desde aquel entonces empiezo a proponerme a mí mismo: “esto tengo que contarlo; los demás deben enterarse de esta ensoñación urbana de vitalidad”. Con mi ingreso en la secundaria se va confirmando mi destino, al empezar a conocer muchas más vertiente e Espinoza 3 Hispanet Journal 3 (December 2010) ir atisbando otros horizontes, por ejemplo con Edgar Alan Poe, Antonio Machado, F. Kafka, Federico García Lorca, Baudelaire; en fin, todos los malditos. Más adelante consigo, a través de revistas como Life, poder enterarme de los movimientos Beatniks o Beck con su capitán de altura Allan Ginsberg. Y empiezo a interesarme por aquellos, gustándome, sobremanera, William S. Burroughs, no sin antes detenerme con el asombroso camino de un Kerouac. Pero en el Parque del Centenario, dentro de mi barrio, existía una biblioteca distrital metida entre charcos de orín de borrachos, biblioteca eternamente rodeada de policías con prostitutas fumando marihuana, donde el bibliotecario, siendo un “alcohólico” del tradicional hegemónico Partido Conservador, me conduce hasta el estante donde me esperaban Dostoievski y su biógrafo, Stefan Zweig. Con Alberti descubro la poesía de la síntesis, lo mismo que con Jack Prevert, e ingreso con las lecturas de otros poetas como Miguel Hernández, Rubén Darío, Huidobro, Neruda. Me convierto en adorador de Las Mil y una noches. Veo en Jean-Paul Sartre la justificación de corrientes derivadas de éste como los Beatniks o Beck, en los Estados Unidos, los Nadaistas en mi país, así como el Corno Emplumado en México y el Techo de la Ballena en Venezuela. Me van impresionando fenómenos como el de Jean Genet. Así hasta el entronque activo con vínculos literarios en el sentido de mi acercamiento muy personal con los Nadaístas quienes, a partir de la preocupación del poeta nadaísta Jaime Jaramillo Escobar, me publican mi primer libro: Cartas del Soldado Desconocido, o Cartas de Prisión, teniendo 16 años. Voy viendo ya, insoslayablemente, que éste era mi destino.
 
 
ME: ¿Qué poetas, escritores o experiencias han marcado tu obra?
 
PJ: Primero que todo, Arthur Rimbaud, y, más adelante, autores negros norteamericanos con sus obras, tales como Lansgston Hughes, Leroi Jones /Amiri Baraka. Obras de James Baldwin como Un blues para Mister Charles, Dime hace cuanto pasó el tren, Nada Personal. Con total y especial entrega, la literatura y el cine de mujeres, idolatrando a la Espinoza 4 Hispanet Journal 3 (December 2010) Wesmuller y a Liliana Cavani, a Sofía Coppola, Silvia Munt o a Icíar Bollaín. Con unas y otras me arrojaría en una hoguera si las van a condenar. He permanecido aferrado a muchas de ellas, como es el caso de la poesía de Emily Dickinson, las japonesas, Gabriela Mistral, Anaís Nin, la Peri- Rossi, Raquel Jorodoweski, la Morrison, La Yourcenar o Simone de Beauvoir. Al mismo tiempo, una coadyuvante y escabrosa pasión de amor con el sátiro de la literatura, Henry Miller.
 
 
ME: ¿Por qué, para qué o para quién escribe Pedro Blas?
 
PJ: Para la historia. Necesito, me urge el dejar testimonios, como lo estuve manifestando anteriormente. Y de ahí el que mi poesía sea, en muchos aspectos, casi prosa, de carácter narrativo. Quiero contar, ante todo, episodios que tengan que ver con la historia de los seres. Desarrollo el metalenguaje, es decir, ir más allá de la historia. Por ejemplo, en mi taller, mucho antes de salir del país, mantuve un segmento denominado Los héroes marginales, al ir reivindicando o desvelar los personajes hasta el momento negados por la oficialidad. Entre ellos se encuentra el mismo Luis Carlos López, poeta supuestamente insignia de Cartagena, pero repudiado, ya que nunca los bajó de provincianos y vencidos. De igual modo, el poeta negro Jorge Artel o Agapito de Arco, Candelario Obeso, así como los caudillos Luis Andrea, Benkos Biohó, la negra Leonor, cimarrona libertaria y fundadora de palenque o empalizadas libres—esa connotada reina Leonor—, Pedro Romero, entre otros.
 
 
ME: ¿Es importante nacer en el momento y el sitio adecuados? En todo caso, ¿qué significa el barrio Getsemaní en tu obra?
 
PJ: En el caso particular mío, que siempre he ido en contra vía, me inclino, por mera sensatez, a admitir que, si no naces en el lugar adecuado, lo conviertes en el lugar adecuado. Eres Dios. Eres supremo arquitecto de tu propio universo. Getsemaní para mí es América. Pero la circunstancia de los primeros días de mi vida pudo haberme ocurrido, ya sea con el mediterráneo europeo como en Bombay, en una u otra diversidad de lugares donde, por Espinoza 5 Hispanet Journal 3 (December 2010) supuesto, asumiría su situación palpable del momento, aunque después la abandonara. Por algo salí muy temprano de mi supuesta tierra, saliendo a explorar y a auscultar , para terminar convenciéndome de que la humanidad es una sola, con sus veleidades virtudes y, como dice el poeta, Kavafis: “hallarás persiguiéndote la misma de la que te desprendiste, le hallarás persiguiéndote donde quiera que vayas”. Y yo hallé a mi ciudad, que es mi barrio Getsemaní, en Tasksim, Turquía, Manila, Panamá , Nueva Zelanda, las Islas Samoa, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, las Indias Occidentales, Puerto Rico, Cuba, Tampa, la República Dominicana, Kiribati, Nueva Caledonia, Honolulú, Senegal, Salvador Bahía, Madagascar, Pretoria o Johannesburgo.
 
ME: Alguna vez mencionaste tu afición por el cine. ¿Cuéntanos cómo influye el cine en tu vida y obra?
 
PJ: Mi afición por el cine llega a ser a través, primero, de la literatura, donde en el cuarto bodega del Tío Pedro Flores alcanzó a conocer cantidades de revistas extranjeras especializadas en cine. Pero el episodio más importante de mi vida llega a constituirse en poder tener la posibilidad de entrar en las salas de cine que rodeaban mi barrio. En especial, las que nos correspondían a nosotros, a la plebe, las salas más baratas, las de la calle larga, el cine Padilla y el Rialto, donde, por accidente, llega parte del cine surrealista, con Luis Buñuel, el cine del neo-realismo italiano— con Visconti, Rossi, Passolini o De Sicca, entre otros—y la nueva ola francesa , ésta última encabezada por Truffaut, Chabrol, Roger Vadin y Jean Luc Godard.
 
ME: Has mencionado anteriormente la afinidad de tu primer libro con el ideario del movimiento literario nadaísta, ¿Nos podrías dar algunos ejemplos en tu poesía? ¿Cómo definirías el Nadaísmo colombiano? PJ: Lo abismal, lo nihilista, en poemas del libro Cartas del Soldado, entre los cuales cabe destacar, a partir de la página 43 (de la edición de la Universidad de Espinoza 6 Hispanet Journal 3 (December 2010) Cartagena, con la ilustración de portada del pintor Cogollo), el titulado “Honores de la Gran Burla”. A partir de ahí, todo el resto del libro. También, algunos poemas de Calle Lomba, como por ejemplo “La Vida”, que dice: Mis deseos son los de guiar rebaños tupidos de conejos por la nieve En mi sigilo de noche, serenata blanca Alicia de maravillas Es un saludo largo y urbano Con el abrigo a empellones de la muchedumbre. Al Nadaísmo lo defino como una manifestación nihilista intestina del existencialismo sartreano. Contestatario, aunque obediente a la antipatía montañera racista excluyente colombiana, se hizo la vista gorda con respecto a la posición de los Beatnik, norteamericanos que sí se acercaron a los negros.
 
 
ME: ¿Qué podrías decirme del taller de poesía-cine “Luis Carlos López” que diriges hace diez años y explicar qué se hace en ellos?
 
 
PJ: Es una satisfactoria experiencia, puesto que estuvo forjando jóvenes hacia otra encomiable perspectiva. Lo expreso en el sentido de mi forzada salida del país por la desesperada situación humana, teniendo que regresar a mis labores de marino mercante para poder subsistir. Lo que se hace en esos talleres como primer ejercicio, sin dejar de intercalarse muestras de cine e integrando discusiones en panel, es que, turnándose, cada tallerista expone en voz alta sus textos. A partir de esto pueden ventilársele infinidades de aspectos, como falencias y privilegios, hasta qué punto puede ser óptima su lectura o el manejo de la dicción. Desde ahí también se le ha de empezar a objetar la usual carga de adjetivaciones, por ejemplo, así como también la esdrujulización excesiva, el gerundio, el galicado, el dequeísmo, etc. Hacer frente al tablero de explicaciones didácticas con relación a si se puede Espinoza 7 Hispanet Journal 3 (December 2010) conseguir un adjetivo sustantivado o, en su defecto, adjetivar un sustantivo. Apuntalar en la necesidad de no caer en el retoricismo, o sea, la retórica con un fatal “derrame de petróleo”, “narrar” en poesía pero hasta cierto punto, y poner ejemplos donde tal tópico en algunos autores es válido. Más adelante, hacerle ver a este expositor cómo la “y” copulativa puede reemplazase por el “que”. O, en su defecto, hasta qué punto la adjetivación puede llegar a ser aceptada e incluso enriquecer el texto; valga el ejemplo en lo concerniente a mi misma poesía, aunque antes debo hacer la salvedad. En mi trabajo llega a darse un fenómeno muy particular, muy mío, como es el de yo apelar activando el trastrocarse de la sintaxis en aras del ritmo, buscándole musicalidad a la misma, por ejemplo. Acá también me urge aclarar cómo algunos de mis poemas llegan a ser extensos por yo tener que contar hechos reales, historias, al punto de querer incursionar en la cuentística, así como en la narrativa empeñándome, no obstante, en darle continuidad al lema de que, en poesía, menos es más— es decir, insistir en la síntesis. Después, seleccionar tareas asignadas de lecturas con el objeto de lograr el dilucidar acerca de tales autores leídos. Traer invitados especiales que hablen acerca de sus experiencia como poetas. La necesidad de gestionar la posible edición de los textos de los talleristas. Sin dejar dentro de todo lo anterior—como lo he expresado al inicio—el intercalar películas con motivaciones de foro, acentuándole el carácter de taller de poesía-cine-literatura.
 
 
ME: Entonces, ¿la idea de que el taller conecte el cine y la literatura tiene que ver con la corriente nadaísta colombiana? PJ: Bajo ningún aspecto estos Talleres de Cine-Literatura tienen que ver con la corriente nadaísta, ya que concierne tanto a otros escritores como a otras corrientes literarias muy diferentes a lo que en su momento llegó a ser el Nadaísmo. Lo nuestro es, específicamente, el Surrealismo, si de vanguardias artísticas literarias se tratare. Para muestra, veamos un botón. En nuestro país se dan fenómenos cinematográficos con jóvenes escritores como Andrés Espinoza 8 Hispanet Journal 3 (December 2010) Caicedo, quien alcanza a dejar estampada una que otra muestra cinematográfica, pero al que, muy a pesar de su época concomitante al Nadaísmo y hallarse una o dos cabezas principales del Nadaísmo en la ciudad natal, Cali, no se le relaciona en ningún aspecto con aquel movimiento. Nuestras muestras de taller en lo relacionado a Cine-Literatura se van dando en otras vertientes o segmentos al interior del mismo, tales como Talleres de adiestramiento en CineClubismo— preparando en comunidades, colegios y universidades el cómo hacerse la confección de su propio Cine Club. De esta forma vamos desarrollando Talleres de Cineliteratura, por ejemplo, a partir de Stanislvaski, del cual se desprende toda la historicidad del tránsito de la dramaturgia al cine, con relación a tópicos como la fotografía, la literatura y el cine. Sucediéndose en su orden, Talleres de apreciación cinematográfica y Talleres de CineHistoria. Entonces, a partir de aquí, vamos dilucidando cómo la mejor película no siempre se instala para dejarse acariciar por nuestra memoria tras haberla visto. Muchas veces, la mejor película se adueña de nuestro pensamiento y se acomoda en nuestra razón durante la lectura de una gran novela, porque la literatura es el mejor cine de nuestra vida. Como toda obra de arte, el cine, desde su gran amalgama, siempre será artístico. Y el cine añade la imagen a la tradición literaria y coincide con la literatura en sus objetivos. Se acerca a la narrativa en la técnica, en todo tipo de técnicas, y se aleja de ella porque añade la imagen. Se hermana con al teatro en casi todo y se aleja de él en la ilimitada posibilidad de escenarios; se acerca a la poesía con todos los elementos de ésta y con lo que algunos teóricos llaman la poetización de la imagen. Así evidenciamos convencernos cómo el nuevo arte, este alucinante séptimo, requiere en alimentarse abundantemente de los dos géneros literarios mayores: la novela y el teatro. Toma prestado de ellos su poder de evocación, su capacidad persuasiva, el ensueño, anudado al apetito que anhela conquistar a una sociedad industrial en pleno desarrollo. Luego la cinematografía se parece a una bola de fuego, por ir introduciéndose en los más Espinoza 9 Hispanet Journal 3 (December 2010) insospechados rincones y derramarse por el mundo con vocación literaria. El motivo más profundo y auténtico para la lectura personal de tan maltratado canon es la búsqueda de un placer privado y difícil. En estos talleres se ventilan aproximaciones y correlaciones entre los modos de despertar la emoción que comparten la novela, el teatro y el cine, cuando en los mismos vamos dando énfasis en la continuidad investigativa de autores literarios concernientes al cine, como Kundera o Gunter Grass, entre otros.
 
 
ME: Pedro, eres poeta, pero tu poesía es reveladora de la problemática social y cultural de Colombia. ¿Cuánta política puede aguantar el arte? O sea, ¿existe el arte dentro de una función política?
 
PJ: Es inherente la política al arte. Se encuentra tácita. El arte es totalmente político. Cuando haces arte con severidad de estética, aquella misma belleza te va presentando lo político sin sucumbir en el cartel, la clepta, ni mucho menos en el agreste panfletario de la consigna.
 
ME: ¿Cómo ves la poesía actual colombiana? Y en tu opinión, ¿cómo está en comparación con la escrita en otros países de lengua española?
 
PJ: De una vanguardia avanzada. En una alta excelencia.
 
ME: ¿Qué consejos les das a los jóvenes que están comenzando en esto de la poesía, a aquellos que han decidido ser poetas?
 
PJ: Mi consejo es que no es un hobby como equívocamente se le ha tenido, sino que la asuman como un oficio e ir hasta el final. La desgracia llega a ser la nefasta ralea de nuestros funcionarios públicos para quienes la poesía es una bagatela ya que no les rinde pingües ganancias. Entonces aquí la praxis es la utopía, desde luego, que, ipso facto, tal actitud de ser poeta converge a esquizoide y llega a ser suicida… pero válido. Menester con respecto a la poesía, ante estos funcionarios de estos países, arrojarse al vacío.
 
 
ME: ¿Qué nos falta por conocer del poeta Pedro Blas? PJ: Sus experiencias de navegación por los mares del mundo en su poesía y narrativa. Espinoza 10 Hispanet Journal 3 (December 2010) ME: Te pregunto, y sé que lo has dicho en toda la conversación, pero, ¿qué sentido tiene un poeta en este mundo? PJ: Hacer praxis la locura ME: Por último, ¿cuáles son tus futuros planes?
 
PJ: Llevar también a la narrativa como a la cuentistíca la vida que me ha tocado vivir.
 
ME: Muchas gracias, Pedro…
 
 
En la emisora ---: U de C -Radio, de la universidad de Cartagena el periodista Eduardo García expresa lo siguiente acerca de Pedro Blas----: Cartagena tiene un poeta que le recorre las calles de su viejo barrio Getsemaní, para nutrir su alma de creador con las vivencias de su gente, las algarabías de las esquinas, las palabras gruesas del pretil, el andar cadencioso de sus negras.
El observa, escucha, hace suyas las palabras y los gestos, el sentir de los andantes y luego convierte todo ese universo de emociones en poemas que regala a quienes quieran escuchar la voz de un poeta que ha adquirido el prestigio de los grandes sin buscar halagos ni prebendas cómplices.
Los cantos de éste poeta se han elaborado a cincel espiritual y rabia ancestral, de noche y de madrugada, con sol y con luna, con hambre creativa, sin pedir permiso a la crítica, inmerso solo en su mundo de fantasía que, sin embargo, está  inmerso en la más cruda de las realidades.
 
Por mucho tiempo, nuestro poeta estuvo en el olvido, se le desconoció, se le sometió a la invisibilización, había mucho de envidia en aquella mezquindad que poco a poco fue cediendo ante la fuerza y los argumentos creativos de quien solo se alimenta de lo que le dicen sus orichas al oído.
 
Eleguá, el dueño de los caminos es su cómplice y la reina de su fantasía es la virgen negra de la casa de agua, la de las faldas de  maretas, la santa paridora de peces.
 
Después de vencer, verso a verso el desconocimiento mezquino, el poeta de la Calle Lomba ha descendido a los altares del reconocimiento generalizado y hoy se le tiene como el más auténtico de los contadores de historia. Pedro Blas, nuestro querido poeta, no recita, el canta con la percusión de sus ancestros africanos.
 
El pasado 29 de Mayo, en la iglesia de la Trinidad, se rindió homenaje a Pedro Blas y el, de nuevo, regaló sus encendidos versos a quienes estaban en el recinto.
Pedro embrujó con sus poemas telúricos  una audiencia que esperó por dos horas hasta que terminara la liturgia cristiana para escucharlo de cerca, muy cerca, la forma más directa de convertirse en cómplice de sus vericuetos espirituales.
 
En aquel recinto de recogimiento clamó por los suyos, los desposeídos, los que solo tienen ojos para ver en la oscuridad, oídos para escuchar los tambores lejanos de la madre africana y voz para gritar sus lamentos que siguen siendo cantos de libertad.
Cuando la luz eléctrica se fue, una y otra vez, porque siempre se va, el poeta se creció y en la oscuridad siguió hilvanando sus versos, ahora con más fuerza, con el vigor que le dan sus demonios y ángeles ancestrales… Eduardo García

1 comentario:

  1. Dentro de mi propósito de adentrarme en la poesía colombiana y en esos autores que tienen unas voces líricas llenas de significación y autenticidad, publico hoy esta entrevista a Pedro Blas Julio. Espero que la disfruten y conozcan mejor este aspecto esencial de la poesía colombiana.

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