Dolor frente a la situación de Getsemaní
Balcón de una casa en Getsemaní
Siguiendo con el tema de la diáspora progresiva de los habitantes de Getsemaní trascribo lo que escribió en el día de hoy el amigo Atila Luis Karlovich. Creo que sus palabras resumen lo que muchos pensamos y el sedeo en el de enriquecer la discusión y formar un grupo de reflexión y de acción tendiente a proteger lo que todavía queda. Ojalá no sea demasiado tarde:
"Hay un programa básico con el que - al menos en los papeles - nadie está en desacuerdo que comprende la conservación de la arquitectura, la protección del medio ambiente y el respeto por la historia. Nadie quiere escombros, desde luego. Lo malo de este programa es que es sumamente interpretable. ¿Hacer de un convento de monjas un hotel para turistas VIP, conservando la cáscara arquitectónica pero no su espíritu ni su sentido? Es un ejemplo nada más, tal vez una metáfora. Y como todos lo conocemos sirve para explicarme. ¿Acaso es esto respetar la historia? Eso fue lo que pasó con toda la ciudad amurallada de Cartagena. Por milagro divino se conservaron las iglesias como tales y no se han convertido (todavía) en cines multiplex. La historia es respetar la piedra pero sobre todo es respetar la vida. Y la vida es la gente que es de ese lugar, que nació en ese lugar y tiene sus raíces ahí. Donde había cartageneros ahora hay hoteles, fundaciones, apartamentos de lujo vacíos, boutiques, restaurantes. Lo que dejaron los mercachifles que remataron la historia fue una ciudad de bambalinas, potemkiniana de día y de noche fantasmagórica, llena de sombras y de turistas errantes, perseguidos como almas en pena por quienes buscan aprovecharse de ellos: taxistas, putas, vendedores de baratijas, ladrones (y nada contra estos oficios que por lo general son más honorables que otros....). Ojalá no se cometa el mismo crimen con Getsemaní..... Pluto Melendez lo dice con todas las letras: "Hay que proteger a la gente que es lo más importante".
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