La Palabra
La palabra gira
con fuerza por la vida:
recorre caminos insondables
,
se adentra sutilmente,
en las gargantas de los infantes,
y con ellos recrea existencia y esperanza.
Suele ser el reflejo iluminado
de un poeta
y el grito del guerrero
en el combate.
La palabra respira
con los días
y cada sentimiento,
asoma con sus ojos
a la nitidez de la
mañana.
Sabia en los labios del profeta;
alumbra los senderos
de la amada,
mientras los tiranos
muestran su cobardía
encadenándola.
La palabra se hace leche
con la dulzura
del olor de la madre.
Abraza la cintura mínima
de la niña enamorada,
pronunciado, en silencio,
el nombre de ese mozo
que la hace vibrar
en la alborada.
La palabra se hace ritmo
desenfrenado
y baila con alegría
de alas doradas.
Sube hacia las nubes,
cuando los más pequeños
la alaban con sus cantos.
La palabra amenaza
con caer en el olvido,
en los labios
malévolos
de los corruptos,
que la violentan y ultrajan.
Se transforma en mujer
hecha de lágrimas,
remontando el vuelo
de las águilas,
para poblar el aire de nostalgias.
La palabra es faro
que ilumina
los secretos del eco
en la montaña.
Sale vestida con matices,
de colores reverdeciendo
entre las flores
y haciendo crecer
frutos
en la palma de la mano.
La palabra transita
por la calle,
tendiendo puentes,
cerrando brechas,
dejando ver la luz
a través de los árboles.
Salta con fuerza
los obstáculos,
suspira bajo las estrellas,
despierta anhelos
milenarios,
se vuelve brisa
que toca suavemente,
los labios bendecidos
de los ancianos.
La palabra es verbo,
el verbo es palabra,
verdad y vida,
sol y luna
alfa y omega libertaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario