Nostalgia
El llanto se alimenta
de nostalgia,
de pequeños sorbos,
de alegrías sembradas
con el amor
de luces cotidianas.
Se nutre con la sombra
de flores pálidas
escondiendo sus pétalos
en palabras.
Se hace fuerte
en las noches
viendo lunadas
en la ventana.
Se disipa en el agua,
siguiendo mariposas
que bailan en el aire.
Se transforma en idilio,
entre la incertidumbre del futuro
y los espejismos
del pasado.
Se proclama a sí mismo
bastón para los niños
que han sido abandonados.
Se ancla en la mirada
de las fotos
de colores diluidos
en olvidados álbumes.
Se regodea en las paredes
hechas de sueños,
que no saben cómo ocultarse
en el armario.
Se despide sin
premura
haciendo la promesa
de venir a
saludarnos...
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